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Nancy Rolando, “hemos devuelto a la gente de Shismay la esperanza”. El turismo está cambiando la vida de las poblaciones más humildes

Mi opinión

Nancy Rolando vive en Londres dedicada a promover el desarrollo del pueblo donde pasó sus mejores años. Su familia fue la última propietaria de la hacienda Shismay, una de las haciendas más prósperas de Huánuco antes de la Reforma Agraria de Velasco. Hoy sueña con convertir la Casa Hacienda Shismay, que gracias a su esfuerzo ha sido restaurada y puesta al servicio de la comunidad de San Sebastián de Shismay, en un nuevo paraíso para el turismo vivencial. Nosotros la vamos a acompañar en su sueño…


¿Qué recuerdos le trae a usted su infancia en Shismay?
Para mi recordar Shismay es recordar a mi padre, hombre audaz, trabajador tenaz y de gran visión que apostó por los recursos naturales de la zona, y se enfrento a los andes con la meta de obtener una agricultura productiva y una ganadería ejemplar. Pero lo que más lo caracterizó fue su profundo amor por Shismay y el respeto al derecho de sus trabajadores Recordar Shismay es recordar el olor a tierra fresca después de la lluvia, recordar Shismay es recordar el aroma del chincho, del muña, el murmullo de los centenarios eucaliptos, la infinita variedad de verdes de su campiña. Recordar Shismay es recordar sus fiestas patronales, la hermosa melodía de sus cachuas, la belleza de sus pasñas con su elegante indumentaria.

¿Cuéntenos cómo era su familia?
Somos cinco hermanos y tuvimos la suerte de tener  un hermoso hogar. A Shismay íbamos de vacaciones, cada uno podía llevar a un amigo o amiga , así que era una fiesta completa, pero mis padres siempre nos asignaban tareas que iban incrementándose en duración y en responsabilidad a medida que íbamos creciendo, así aprendimos a valorar el trabajo.

¿Un recuerdo feliz de su infancia en Shismay?
El recuerdo más feliz de mi niñez lo constituyen las cabalgatas con mi padre. Yo era la mayor y cuando veía que se alistaba para ir a vigilar los extensos territorios de la hacienda siempre lograba escabullirme de mis hermanos y lo esperaba en una pirca por donde él pasaba y subida a la grupa del caballo nos íbamos los dos. También recuerdo vívidamente las cabalgatas desde Huánuco…

Nos han comentado que su padre fue un impulsor del progreso…
Sí, mi padre inició, entre otras obras, la construcción de la carretera, para eso tuvo que adquirir las tierras por donde ésta tenía que pasar. La construcción tomó muchos años y llegó a la parte baja de Shismay cuando yo tenía aproximadamente 15 años.

¿Cómo era la vida en una hacienda huanuqueña antes de la Reforma Agraria?, ¿qué producía la hacienda?
Las haciendas eran los núcleos políticos, económicos, religiosos y lugares de creación de trabajo. Los trabajadores solo iban a Huánuco a comprar lo más necesario, ya que se proveían de la mayoría de las cosas en la Casa Hacienda. Los trabajadores en Shismay tenían faena renumerada dos semanas cada mes, las otras dos semanas ellos trabajaban es sus lotes que eran de 5 a 10 hectáreas. Todos gozaban del seguro del obrero. Muchos cultivos como el de trigo no eran rentables, pero se llevaban a cabo solo con la finalidad de crear trabajo. Shismay era una hacienda ganadera y  el principal cultivo era la  papa. Abastecíamos de leche al pequeño Huánuco de esa época.

Producida la Reforma Agraria, ¿qué caminos tomó su familia?
Nosotros veíamos venir la Reforma Agraria ya desde el gobierno de Belaunde y planteamos a mi padre lotizar la hacienda y venderla y él nos contestó “mi alma no está en venta” .Ya se imagina lo duro que fue para él la Reforma Agraria.

Nos imaginamos el profundo dolor que aquella decisión del gobierno militar le causó a su padre.
El día que se confiscaron las tierras de mi familia, el juez entregó a los 25 jefes de familia 120,000 soles como indemnización por años de servicio, ellos se reunieron y dijeron al juez  “este dinero que sea para muestro taita, a él le va ha hacer falta, nosotros ya nos estamos quedando con todo”. Mi padre estaba en Lima, solo mi madre estuvo presente ese día. Así que ya se imagina, ella se dirigió al juez y le dijo: “Ud. cree que si nosotros hubiésemos sido gamonales esta gente se portaría así”. Mi mamá les tuvo que suplicar para que se quedaran con el dinero.
Nosotros emigramos a Lima para no regresar jamás, al inicio la pasamos mal, el país pasaba una crisis económica terrible, no había empleo. A los seis meses los tres hermanos mayores nos graduamos y mis hermanos emigraron al extranjero.

¿Cómo así nace su interés por rescatar la casa familiar y convertirla en un hotel-museo?
Viviendo en Europa donde se cuida tanto lo antiguo se me ocurrió plantear a mis hermanos la restauración de la Casa Hacienda en memoria a nuestros padres. En una reunión familiar les regalé unas pequeñas pinturas de Shismay y les leí un poema. Al parecer les llegó al alma. Y decidieron apoyarme moral y económicamente. Durante la restauración afloraron las penurias que esta gente pasó después de la Reforma Agraria, 6 de los 25 jefes de familia que dejamos se suicidaron, usted sabe que el suicidio en la sierra es inaudito ya que su cultura se basa en compartir su riqueza, mientras que la nuestra se basa en acumularla. Al ver esta situación se nos ocurrió la construcción de una pequeña posada donde habían sido los corrales y depósitos de la Casa Hacienda, para que la comunidad empiece un programa de turismo.

Hermosa tarea…
Sí. La restauración de la Casa Hacienda generó mucho trabajo, allí laboraron más de 25 hombres durante nueve meses y el dinero obtenido lo han reinvertido en Shismay, ahora se ven cultivos por todas partes. Para la restauración nos pusimos en contacto con el INC y nos alegró mucho la declaración de la Casa Hacienda como “Monumento Histórico”. Ahora es también un museo de sitio ya que queremos dar al visitante una imagen de lo que fueron las casas haciendas del Perú. Hemos adquirido algunas piezas, otras nos las han donado y poco a poco seguiremos llenándola con artículos de la época. El altar colonial, pieza mayor del museo ha sido donado por uno de mis hermanos.

¿Considera Ud. que el turismo puede generar beneficios económicos reales entre la población de San Sebastián de Shismay?
He recorrido bastante el Perú y pienso, quizás con los ojos nublados por el cariño y los recuerdos de mi infancia, que Shismay es un lugar privilegiado e ideal para el turismo, porque las vistas del valle son impresionantes. En estos cuatro años creo que lo más importante es que hemos devuelto a Shismay la esperanza. Espero que el turismo genere trabajo e ingresos sobre todo a las mujeres, pero nos falta capacitación en todas las áreas.

¿Cuál es su sueño más recurrente con respecto al emprendimiento que está impulsando desde Londres? ¿cómo ve el futuro de Shismay? 
Sueño con verlo como el Colca, pero desarrollado por y para Shismay con la Casa Hacienda como el pilar del programa y pequeñas cabañas, para que el viajero pueda disfrutar del turismo vivencial.

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