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Walter Casquino, presidente de Ingemmet: «No podemos vivir de espaldas a lo que hay en nuestro territorio»

El Ingemmet considera que debería conocerse el contenido de los suelos peruanos antes de declarar nuevas zonas de exclusión minera. El presidente de esta organización opina que al definirse la intangibilidad de estas áreas, pese a tener recursos, se debe compensar a las comunidades de la zona. El Instituto Geológico Minero y Metalúrgico es la organización que otorga las concesiones mineras. Walter Casquino, su presidente, no está de acuerdo con las zonas de exclusión minera planteadas por el Ministerio del Ambiente (Minam), pues esto significaría desconocer los recursos que tiene el país.

El Minam ha propuesto zonas de exclusión minera. ¿Cuál es la opinión del Ingemmet sobre esto?
Esa es una falta de información garrafal, porque deberíamos hacer el máximo por conocer lo que tenemos y después dejar para una segunda instancia si lo explotamos o no.

¿Aun si se hace en áreas sensibles como la selva?
En selva sabemos que no hay mineral, pero sí petróleo.

¿Han conversado con el Minam sobre las zonas de exclusión?
Todavía no nos ponemos de acuerdo, pero estamos en plenas conversaciones. Es nuestro debate, pero este es un debate mundial. Hay movimientos ambientalistas en todo el mundo, al igual que aquellos que promueven la generación de la riqueza.

¿La propuesta del Ingemmet es seguir explorando en estas zonas?
Deberíamos por lo menos explorar todo el Perú. Aquí mismo, debajo de este edificio (el local del Ingemmet) me gustaría saber si hay oro o no, pero para ello tienen que dejarme perforar.

Pero si hay algún mineral, ¿no se armaría la misma polémica que hay con las comunidades que no quieren minería en sus zonas?
Ahí tenemos un tema. Todos queremos progresar y satisfacer nuestras necesidades y una de las principales formas de lograrlo es la naturaleza. No es justo que las comunidades estén sobre zonas de gran riqueza y sigan viviendo en la pobreza. En realidad todos tenemos el derecho de informarnos qué hay debajo del suelo y para hacerlo se debe explorar, haciendo aeromagnetismo, o a lo mejor algunas perforaciones para constatar qué hay. Con las zonas de exclusión minera no se podría hacer ni esto, esa posición no es sólida para mí.

¿Por qué?
Un ejemplo claro. En Ecuador se descubrió que en las islas Galápagos había petróleo, cuando eso sucedió se plantearon dos cosas: o se protegía la zona o se explotaban los recursos. Se eligió la primera y los pueblos de la zona, con toda sensatez, dijeron que alguien tenía que pagar el sacrificio que ellos estaban haciendo por el medio ambiente, que en realidad es un sacrificio que hacen por el mundo. Las comunidades ambientalistas respondieron y pagaron la mitad de lo que vale el depósito. Esto me parece una solución magnífica. Y eso partió de determinar cuánta riqueza tienen en su suelo.

¿Pero permitir la minería, aunque sea para hacer exploración, no generaría la codicia por explotar las zonas mineralizadas, tal como ocurrió con Madre de Dios con la minería informal?
Son dos cosas distintas. En todas partes está la informalidad. En el sector transporte tenemos un excelente reglamento de tránsito, pese a ello hay informalidad. En el sector minero tenemos leyes extraordinarias, pero no se respeta el Estado de derecho porque faltan herramientas e instituciones para hacer que funcionen. En este caso, ha ganado la necesidad de ganarse la vida de los informales a la capacidad del Estado para manejar todos sus territorios. Lo importante es no vivir de espaldas a lo que tiene nuestro territorio.

Si hubiera mineral debajo de la Plaza de Armas, ¿usted la movería?
Negociaría con el presidente para mover Palacio de Gobierno a otro sitio. Pero si esto se ha hecho en todas partes. Es la cuarta vez que se va a mover Cerro de Pasco, porque lo que existe abajo tiene un costo-beneficio mayor.

¿Movería incluso su casa?
Si el mineral que hay abajo no es mío, porque alguien hizo el petitorio y me pide que me vaya a otro sitio le diría: Un momentito, yo también quiero disfrutar un poquito de lo que hay debajo de mi casa, entonces pediría un 5% de las acciones del proyecto para tener el beneficio futuro de lo que se va a sacar.

¿Es lo que tendrían que hacer las comunidades?
Deberían negociar mejor, los pueblos aún no tienen esa capacidad porque las mineras tienen grandes estudios de abogados y no hay equidad.

¿Entonces son justas las protestas?
Es por falta de información. En ese sentido, las organizaciones del Estado hemos fallado. Hay que hacer que las comunidades se apoyen en las instituciones públicas, como el Ingemmet, para negociar bien los beneficios que deberían tener. Y, si no va a ser explotada la zona, que alguien pague el sacrificio de preservar el área, como ocurrió en Ecuador.

PERFIL
Nombre: Walter Toribio Casquino Rey.
Estudios: Ingeniero de minas.
Experiencia: Ha sido consultor en la gerencia pública de recursos mineros en el Perú, Sierra Leona, Bolivia, Argentina y Papúa Nueva Guinea


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