El encuentro anual de Conservación Voluntaria y Comunal en la Amazonía peruana será en Chachapoyas
Qué buena noticia y qué ganas de darme una vuelta por Chachapoyas para conocer de cerca las historias de tantos peruanos alineados en el mismo partidor e idéntica ilusión: salvar los bosques amazónicos de la depredación para convertirlos en despensas de futuro. La nota que me envían los amigos de Amazónicos por la Amazonía (AMPA) me alegró la mañana. De verdad.
Sucede que hace unos minutos me comuniqué con los compañeros de ECOMUSA, la empresa comunal que administra siete mil hectáreas de bosques en Tahuamanu, Madre de Dios, quienes me fueron contando, uno a uno, los golpes arteros que reciben todos los días de una legión de invasores -agricultores y madereros- que se meten en el predio que el Estado les entregó con la intención de destruir el sueño de de vivir de los shiringales que los veintidós asociados heredaron de sus padres y abuelos.
Nefasto. Los guardianes de esa porción del bosque maternitano no pueden vivir tranquilos y hacer negocios lícitos por el asedio de un grupo de buscapleitos profesionales que están a punto de obtener su condenable objetivo: que los concesionarios abandonen la concesión para que esta revierta al Estado. O sea, a ellos, que se convertirán en dueños,al minuto siguiente de consumada la tragedia, de miles de hectáreas de bosques llenos de shiringa.
Por eso es que confío, aplaudo e impulso desde esta humilde trinchera la construcción de redes de solidaridad y compromiso como las que han tejido los compañeros que vienen construyendo de a poquitos y con tanta alegría el magnífico sueño de la conservación privada y comunal en la Amazonía peruana.
Palmas de pie para ellos.
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