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Varun Swamy y el proyecto Aerobotánica

Mi opinión

De acuerdo a los datos reportados por Kurt Holle el 99 por ciento de las semillas que producen los árboles en el Tambopata y en el Manu no llegan a prosperar; antes que esto suceda son devoradas por las criaturas del soto bosque, el área de la selva que crece debajo del dosel vegetal. Para que las especies arbóreas de estos ecosistemas se perpetúen en el tiempo se necesita de estos aliados naturales. Sin ellos, los bosques no se regeneran y la vida en sus entornos se empobrece hasta desaparecer.


¿Varun Swamy? Ese nombre me suena, fue lo primero que le comenté a Silverio Duri, el guía y experto en aves de la selva de Madre de Dios con el que habíamos pasado el día en Refugio Amazonas, el albergue que Rainforest Expeditions gestiona al lado de una importante concesión castañera en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata.

Swamy, un experto en bosques tropicales nacido en la India y educado en los Estados Unidos de dónde llegó en el año 2003 para preparar su tesis doctoral, es uno de los genios detrás del proyecto Aerobotánica, uno de los componentes más interesantes del programa Wired Amazonas, la iniciativa de ciencia ciudadana que Eduardo Nycander y Kurt Holle echaron a andar en los tres albergues de la marca que este año ha cumplido treinta años.

Recuerdo claramente su nombre. En el año 2010 trabajé intensamente en la edición de un número especial de la revista Viajeros sobre el Tambopata que dio cuenta de sus riquezas naturales y sus grandes posibilidades para el desarrollo del turismo de naturaleza. Recurrí entonces al consejo y a la colaboración de los expertos en la zona. Uno de ellos Donald Brightsmith, director del Proyecto Guacamayo; otro, Antonio Fernandini, especialista en águilas arpías y residente de larga data en la región.

Brightsmith, Fernandini, también Augusto Mulánovich con un artículo sobre las mariposas del departamento, fueron cuatro de los cinco grandes invitados en ese número de Viajer0s que hizo historia. El quinto fue Kurt Holle, el actual director ejecutivo de WWW Perú, por entonces promotor infatigable de la reserva nacional y de la Amazonía peruana.

Edición 30 de la revista Viajeros, especial sobre el Tambopata.

Kurt fue quien me puso en contacto con el trabajo científico de Varun Swamy.

Varun, comenta Kurt en el artículo de la revista, es un estudiante de Phd del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad de Duke. Él caza semillas, que no es tan fácil como parece. Varun ha estudiado la estructura de los bosques de seis sitios en Madre de Dios durante la última década. Le interesa saber qué les pasa a los árboles cuando la fauna de grandes piezas se acaba. Estudios de largo plazo en la Estación Biológica de Cocha Cashu  (en el Parque Nacional del Manu, en Madre de Dios) han demostrado que los grandes vertebrados (guacamayos, monos, sajinos) son indispensables para la vida en el bosque”.

De acuerdo a los datos reportados por Holle el 99 por ciento de las semillas que producen los árboles en el Tambopata y en el Manu no llegan a prosperar; antes que esto suceda son devoradas por las criaturas del soto bosque, el área de la selva que crece debajo del dosel vegetal. Para que las especies arbóreas de estos ecosistemas se perpetúen en el tiempo se necesita de estos aliados naturales. Sin ellos, los bosques no se regeneran y la vida en sus entornos se empobrece hasta desaparecer.

Los estudios de Varun intentaban hallar pistas sobre el futuro de los bosques cuyos transportadores de semillas están desapareciendo como consecuencia de la tala ilegal y la transformación de los bosques en campos de cultivos. Estableció para ellos seis sitios de estudio en el área, uno de ellos en el Tambopata Research Center.

“Los datos de Varun están demostrando lo que se sospechaba en un primer momento. En los bosques “defaunados” algunas especies claves no tienen «plantitas». Estas especies, que alimentan monos y guacamayos, no estarán presentes en los próximos veinte años. En veinte años, los bosques “defaunados” podrán alimentar murciélagos o roedores, pero no monos ni guacamayos. Una verdadera catástrofe”, concluía el artículo de Holle.

Aerobotánica

Han pasado casi diez años y me vuelvo a encontrar con el nombre del investigador indio. “Sabe un montón, me dice Silverio Duri, mi guía de campo durante estos días en los albergues de Rainforest Expeditions en el Tambopata, Varun se ha especializado en el estudio de los grandes árboles de estos bosques”.

El proyecto Aerobotánica que se está desarrollando en Refugio Amazonas, y que tiene a Varun Swamy como uno de sus puntales, intenta, por ahora, monitorear el comportamiento de las castañas (Bertholletia excelsa) y de las palmeras huasaí (Euterpe oleracea), dos especies muy importantes para los seres vivos y las poblaciones humanas que habitan los bosques de Madre de Dios.

La castaña, no se cansan de advertirlo los estudiosos de la región, es un árbol milagroso de la selva madrediosense. Y no solo por los beneficios de sus semillas altamente nutritivas o las propiedades medicinales del aceite que se extrae a través de un proceso de prensado al frío, un bálsamo recomendado para combatir úlceras e inflamaciones, sino también por el papel que cumple en la lucha por derrotar el flagelo de la deforestación.

Para los castañeros de la región más valiosos son los árboles en pie que convirtiéndolos en madera para el mercado…

Con la ayuda de drones y tecnología de última generación los científicos del programa Wired Amazon están en capacidad de predecir, observando los patrones de floración y fructificación de los 163 árboles de castaña que se conservan en la concesión, cómo se va a desarrollar la campaña productiva del año en curso.

Las imágenes recolectadas por los drones del Proyecto Aerobotánica son ingresadas a la plataforma Zooniverse para que los usuarios –los científicos ciudadanos de todo el mundo- se integren al proceso de identificación y recojo de data que se necesita para proteger a los gigantes de estos bosques imprescindibles para la salud del planeta.

Eduardo Nycander, fundador de Rainforest Expedition, ha comentado más de una vez que concibió el albergue Refugio Amazonas, la reserva privada de 2oo hectáreas donde funciona el programa Wired Amazon, como un centro científico del mismo nivel que el mítico Tambopata Research Center, el lodge en las proximidades de la cocha Colorado.

Y vaya si es que no se ha cumplido su deseo.

Gracias al proyecto Aerobotánica los datos recopilados por los científicos ciudadanos están mejorando sustancialmente nuestra comprensión de los ritmos biológicos y los ciclos de vida de los árboles del bosque amazónico.

Al caer la tarde, con Silvestre Duri y Varun, pude visitar la torre de 32 metros de elevación del lodge por donde me nuevo en estos días para ver detenidamente, desde el dosel del bosque de Tambopata, el vuelo de los drones. El espectáculo es verdaderamente sorprendente. Las lupunas, los shihuahuacos, las castañas, los colosos del bosque amazónico, se pueden ver en medio de la exuberancia y belleza de una selva que se pierde en el infinito.

No me cambio por otro…

Megaflora carismática

Swamy ha comentado en un artículo publicado en el blog de Rainforest Expeditions que los visitantes que llegan a vivir la experiencia Tambopata están en condiciones de observar las diferentes etapas formativas por la que pasa el bosque amazónico antes de llegar a su madurez absoluta.

“Viajando a lo largo del río Tambopata, continúa el científico indio, los visitantes pueden ver las etapas de esta sucesión dispuestas una tras otras. Estas secuencias crónicas proporcionan una sensación de “viajar a través del tiempo” desde las playas que el río creó hasta el bosque maduro”.

“Las playas que van formando los ríos en la cuenca del Amazonas, comenta, son el lienzo en blanco en el que comienza la sucesión primaria”, el nacimiento del nuevo bosque, el momento en el que las especies pioneras de corta duración   hacen su aparición en el entramado de la vida vegetal. Luego vendrá la época de los Ficus , de las Cedrelas, el tiempo de  las demás piezas de este mosaico de la vida,  los años, las cientos de años en los que el suelo se irá vigorizando y el dosel adquiriendo las alturas extraordinarias que lo caracteriza.

Finalmente, después de trescientos años de haberse creado la playa original,  o más, la selva amazónica habrá llegado a su madurez.

Fantástico.

.,.

Para Swamy, ahora lo está contando al grupo de turistas del que formo párte, los árboles más “altos” del bosque, aquellos que llegan a tener 60 o 65 metros de altura y que llaman la atención por romper la uniformidad del dosel, son las especies más carismáticas de la selva de Madre de Dios. Y no solo por su majestuosidad sino, sobre todo, por la importancia que cumplen en el ecosistema que lograron dominar.

Sin ellos, la vida de muchas especies del bosque sería imposible.

Tomando prestado el nombre de “megafauna carismática”, un término utilizado por los especialistas para tipificar a los grandes animales – el panda gigante, el león , el lobo gris, el águila calva, la ballena jorobada, el oso polar, la orca y el tigre de Bengala- cuyo gran atractivo genera adhesión e impacto positivo en las audiencias globales, Swamy se ha atrevido a llamar megaflora carismática a los gigantes arbóreos del bosque amazónico que estudia con tanta pasión. Y lo ha hecho para llamar la atención sobre la importancia de su preservación para la vida en la Tierra tal como la conocemos.

En una entrevista al diario El Comercio Swamy ha comentado que «una de las especies más emblemáticas de la selva amazónica es la lupuna (Ceiba pentandra) , que puede tener hasta 100 árboles de tamaño regular debajo de su copa [también los] shihuahuacos (Dipteryx micrantha) , una especie que tiene varias funciones ecológicas muy importantes: es el árbol preferido por aves muy emblemáticas de la región, como el águila arpía (cuyos nidos son enormes y necesitan una copa grande) y los guacamayos, que anidan en huecos formados cuando una rama se rompe. Caminando por el bosque puedes ver sus bases, las aletas de su raíz, su tronco, pero muchas veces su copa no es visible desde abajo».

Estos gigantes, en inglés, son llamados “keystone plant resources”, especies estratégicas en el concierto de la vida en el bosque: con su  ausencia el ecosistema se quiebra, tiende a morir, ellas son las que producen los últimos frutos durante las temporada de poca fructificación. Sin ellos, los animales están condenados a desaparecer.

«Otras especies pueden disminuir, estas no», concluye el científico adscrito al programa Wired Amazon de Rainforest Expeditions. Escucharlo es un privilegio, saber que sus estudios y el trabajo de los científicos ciudadanos convocados por los investigadores amazónicos resulta un alivio…

Torre sobre el dosel del bosque de Refugio Amazonas. Aerobotánica en acción. Foto Daniel Couceiro para Wired Amazon.
Una lupuna, Ceiba pentandra, a orillas del río Tambopata, entre Refugio Amazonas y el Centro de Investigación Tambopata. Foto: Varun Swamy.
«Para mí la selva amazónica se define por su carismática megaflora: los árboles que forman su dosel y la base misma del ecosistema, lo que permite la existencia de la asombrosa diversidad de otras formas de vida», Varun Swamy. Foto El Comercio.

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