130 hectáreas de la Reserva Nacional Tambopata ya fueron deforestadas por la minería ilegal
Seguimos perdiendo la batalla de La Pampa, o de Tambopata para ser más claros. La edición de El Comercio del día de ayer soltó la bomba que ya conocíamos los que venimos siguiendo “el desmadre de Madre de Dios”: la minería ilegal que todo lo puede terminó de instalarse dentro de la Reserva Nacional para imponer condiciones pese a la presencia de los guardaparques del SERNANP y las famosas interdicciones que cada tanto realizan los custodios del orden. Las imágenes satelitales que se han hecho públicas y que fueron realizadas por la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA) y Amazon Conservation Association (ACA), lo confirman fehacientemente.
Llorar sobre la leche derramada resulta un ejercicio ocioso a estas alturas. La gravedad de la situación exige soluciones radicales. Y la adecuada toma de posición de los candidatos y partidos en contienda electoral. Como lo viene exigiendo la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (ver comunicado público en la sección Invitado de la Semana) es necesario, imperativo fortalecer la estrategia contra la minería ilegal que se diseñó en los últimos años y no ceder ante los chantajes de los grupos locales que se han empoderado debido a los errores y contramarchas de autoridades timoratas o venales.
El SERNANP, pese a lo polémico de su decisión, hace tiempo que viene pidiendo la instalación de una base militar en La Pampa que garantice la defensa del área natural protegida y los derechos fundamentales de los seres humanos que se amontonan en esa tierra de nadie. También el control del tráfico de combustibles y demás insumos indispensables para el normal funcionamiento de la actividad.
Desde aquí exigimos a los actores directamente involucrados aclarar posiciones y a la opinión pública, el permanente seguimiento del caso. No podemos descuidar este frente de batalla. La Amazonía más biodiversa del planeta está librando su último combate.