Buenas noticias desde el Cusco. Y también desde Iquitos: la gente de Amak se ha vuelto a poner la camiseta de la agroecología y el turismo responsable para liderar una campaña de apoyo a las comunidades donde se realizan sus operaciones: el Valle Sagrado y los centros poblados de Las Palmas y Timicuro, en la selva loretana. Amak han entendido que han sido los hombres y mujeres del campo, los agricultores de los cuatro suyos, los que se pusieron al frente, en primero fila, de la lucha contra el COVID-19, que por cierto todavía sigue haciendo de las suyas, para amenguar su afán destructor y mirar el futuro con optimismo.
Nos toca ahora, lo venimos diciendo desde hace varias semanas, retribuir de alguna manera lo que hicieron por nosotros. Muchos de los campesinos de nuestro país han encontrado en el turismo rural el complemento necesario para enfrentar con mejores armas la pobreza que los aflige, muchos de ellos son emprendedores turísticos o forman parte de alguna cadena de valor vinculada a la actividad. Consumir lo que producen y seguir apoyado sus iniciativas es tarea de todos. Reciprocidad, le dicen. Felicitaciones Amak y socios concertados en la campaña “Turismo por la Ecología”, iniciativa solidaria que vamos a apoyar desde esta plataforma.