Eso es lo que esperamos de las empresas peruanas: compromiso con el medio ambiente y las poblaciones de sus entornos más próximos. En el caso de Inkaterra hace mucho que sabíamos de su apuesta social y responsabilidad empresarial; de AJE Group, la corporación de la familia Añaños venimos escuchando, en el mismo sentido, opiniones halagüeñas. Qué bueno, en estos tiempos de corruptelas empresariales y coimas por doquier, resulta alentador conocer esfuerzos como el que están llevando a cabo estas dos organizaciones peruanas. Vale un Perú.