A relajarse, el friecito de medio año va a pasar, tiene que pasar, y los llamados del sol, la playa y el mar azul nos van a volver a convocar. Lo digo yo que estoy por la selva de Cusco y Madre de Dios gozando de un friaje inusual, intempestivo. Como hemos aprendido de tanto dar vueltas y vueltas por el mundo, cuando el mal tiempo arrecia a pensar en el Caribe y en tantos otros sucedáneos. Saludos desde Kosñipata.