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Jorge López-Dóriga: «Para ser sostenibles debemos mirar a la naturaleza con nuevos ojos»

Por Pepe Álvarez, baluarte en el Ministerio del Ambiente en la promoción de los negocios sostenibles y la gestión de la naturaleza, me enteré hace un par de años del silencioso trabajo de reingeniería que venía haciendo en todos sus procesos internos el Grupo AJE, una empresa peruana que entendió antes que otras que la revolución natural que está a punto de eclosionar en nuestro país debe encontrar en primera línea a las organizaciones comprometidas en cambiar el modelo de producción imperante.

Pepe, pajarólogo de los mejores y amazónico por definición, me comentó con lujo de detalles el trabajo que venía haciendo la compañía fundada en Ayacucho en 1988 por don Ricardo Añaños, su esposa y sus hijos para convertirse en ecoeficiente y estar a la altura de los tiempos. Por él supe antes que otros periodistas que AJE, la compañía de alcance internacional más importante de nuestro país, había puesto entre sus objetivos empresariales la defensa del bioma amazónico y los pueblos indígenas que la habitan. Y que entre los proyectos emblema que venían armando con el ministerio estaba el de BIO, una bebida elaborada con insumos del bosque amazónico extraídos de manera amigable cuya trazabilidad, vaya nombrecito, garantizaba que en su producción no se había infringido ninguna norma natural y humana.

Maravilloso, las veces que hablé de estos proyectos con José Álvarez volví a casa convencido de la posibilidad de cambiar las cosas, que #otromundoesposible. Por eso es que he seguido con inusitado interés la evolución de los proyectos de responsabilidad social de AJE, entre ellos el que impulsan en Machu Picchu, con apoyo de Inkaterra y el municipio local, para transformar el distrito en un distrito saludable. Les dejo estas reflexiones sobre la hora actual hechas por Jorge López-Dóriga, el director global de comunicaciones y sostenibilidad del grupo, uno de los capitanes de la acertada navegación que viene realizando la empresa.
En estos días voy a subir a esta plataforma una entrevista que le hacen al mismo funcionario los amigos de la revista Skateholders. Allí López-Dóriga, ha dicho: “La economía de mercado ya ha llegado a la Amazonía y ellos [sus pobladores] necesitan recursos, pero debemos dárselos a través de bionegocios sostenibles. De esta forma, podrán tener los recursos para enviar a las escuelas a sus hijos, así como ingresos que evitarán su migración y permitirán que protejan el bosque. Esta es la razón por la que elegimos los frutos amazónicos que nunca habían sido comercializados, como el aguaje. Una ventaja adicional es que estas bebidas tienen, además, una demanda mundial. En resumen, el “oro verde” puede hacer que las comunidades cuiden su bosque, porque a nadie se le va a ocurrir cortar un árbol que da trabajo a la comunidad y ellos tampoco van a permitir que ingresen a su territorio para dañarlo porque para ellos tiene valor”. Maravilloso, música para nuestros oídos.