Mientras escribía esta semblanza sobre la montañista cusqueña Lichi Vásquez, Internet me trajo la noticia de la trágica muerte, mientras intentaban el ascenso al nevado Alpamayo, del escalador huaracino Jaime Quintana Figueroa y dos de sus compañeros de ruta, un británico y un esloveno.
No conocí a Jaime durante los años que pasé en Cordillera Blanca, pero amigos muy cercanos tuvieron la dicha de compartir el mismo camino. Ojalá que su historia, sus ganas de coronar los techos del mundo perduren en el recuerde de los que lo conocieron.
Cuídense muchachos y muchachas que han hecho de la montaña un hábito, un maravilloso hábito y una forma de vivir. Cuídate Lichi, cuídense mujeres montaña…