Entrevisté a José Koechlin el presidente de la cadena hotelera Inkaterra, a mediados del año pasado, entonces los golpes que venía sufriendo el turismo en Madre de Dios como consecuencia del estado de emergencia que supuso la intervención militar en La Pampa y los prolongados incendios en la Amazonía parecían letales. Me sorprendió durante nuestro diálogo su entereza para enfrentar la crisis en la región y su apuesta personal y empresarial por el futuro. Koechlin tiene años dribleando a la adversidad que suele mellar el espíritu de los más fuertes y sabe cómo enfrentar situaciones como ésta. Confío en su buen talante y espíritu de lucha. Su mensaje nos alienta a doblegar esfuerzos y mantener la calma, aunque parezca imposible. Se los dejo mientras terminamos de aterrizar ideas que alivien el golpe recibido por nuestro sector. He leído algunas y sé de buena fuente que se avecinan anuncios al más alto nivel.

Confiemos en que las medidas que se tomen alivien a todas las empresas y a los trabajadores del turismo peruano. Miles de familias a lo largo de todo el país han visto mermados sus ingresos y las previsiones sobre la recuperación del sector no son para nada alentadoras. A seguir chimbando.