Solo Para Viajeros

La historia de Ema Tapullima

Admiro a Ema Tapullima y a los hombres y mujeres de Puerto Prado, una comunidad nativa ubicada a veinte minutos en bote de la ciudad de Nauta. Los admiro porque han sabido dejar atrás el inmovilismo para lanzarse a la aventura de construir desarrollo y negocios inclusivos en una pequeña aldea cocama-cocamilla a orillas del maltratado río Marañón, el gigantesco curso de agua que ha sido tan mencionado en estas últimas semanas. He visitado Puerto Prado dos veces en estos últimos meses, he tenido la suerte de convivir buenos días con los socios del Área de Conservación Privada “Iwirati” y sueño con sus mismas ilusiones.
Ellos han creado en Loreto una cabecera de playa del país que debemos construir. Y lo han hecho sin complejos, sin autocomplacencia. A puro pulmón, creativamente, apoyados en su propia organización, en su cultura ancestral y en las bondades del paraíso natural que cuidan con tanto empeño
La historia de Ema Tapullima la conocí por Bruno Monteferri, de Conservamos por Naturaleza, un aliado fundamental de este emprendimiento social que debemos conocer y replicar por mil por todo el territorio patrio.

Les paso este artículo publicado en la revista Asia Sur gracias a la buena nota de Manolo Bonilla, su editor y los buenos oficios de Giuliana Dávila. Estoy seguro que les va a gustar.