Me enternece la historia que relata este artículo del 2009. Me enternece por Oliver Whaley del Jardín Botánico de Londres y sus muchachos, púberes muchos de ellos, “cuidadores” de los últimos relictos del huarangal iqueño. Y también por los comentarios de Antonio Brack Egg, entonces ministro del Ambiente y visionario como pocos. Para el ambientalista...Leer más