“¿Te hubiera gustado que esté vestido con cushma y que tuviera en la cabeza un tocado de plumas, verdad?». Eso fue lo que me dijo Vicente Hernández, indio mambe de Arararacuara, en el Caquetá colombiano, un departamento asolado por la minería del oro ilegal y la violencia política. Había llegado a Bogotá el día anterior...Leer más