Conocí a Sontone hace unos días en su ranchito solitario junto al río Madre de Dios, en Boca Inambari, pudimos conversar un poco a pesar de las dificultades propias de la cita –él sin saber un ápice de mis intenciones periodísticas; yo, pensando que lo iba a encontrar rodeado de los suyos y en compañía...Leer más