¿Qué tienen en común estas tres mujeres, estas tres científicas peruanas? Me queda claro que muchas cosas, pero en este momento quiero mencionar solo una de las tantas: sus inmensas ganas de doblarle el pescuezo a la sinrazón para construir un futuro que tenga a la Amazonía, a sus bosques, sus criaturas, sus hombres y mujeres, como actores fundamentales del buen vivir que nos merecemos. Bien por ellas. Bien por nosotros.