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La palmera huasaí, un recurso del bosque amazónico para las comunidades del Purús

Me alegra volver a ocuparme del Purús, un territorio indómito del departamento de Ucayali habitado por una población indígena largamente postergada por el Estado que guarda en su seno una riqueza en diversidad biológica inaudita. Inaudita e impresionante. Como lo he comentado por aquí, en el 2017 visité Puerto Esperanza, la capital provincial, para tomar contacto con un grupo de sus aguerridos vecinos dispuestos a generar desarrollo sostenible en medio del deseo de empresarios y políticos locales de abrir la región al extractivismo más cutre so pretexto de una carretera para unir a la provincia con el departamento de Madre de Dios, en las antípodas de su geografía e historia.

De esos trajines y los que vinieron, que estuvieron signados por la confrontación y arduos debates con personajes de mucha influencia en los pasadizos legislativos, el congresista Tubino uno de ellos, impulsor de un proyecto de ley que desguazaba el Parque Nacional Purús y ponía en entredicho la Reserva Comunal del mismo nombre, me quedó claro lo siguiente y lo digo citando a mi dilecto amigo el Dr. Carlos Soria:

“Tenemos que ser eficientes en el manejo de los recursos que hay en las áreas naturales protegidas, la gente local quiere, ya que hablamos de conservación, el desarrollo de actividades sostenibles, no extractivas y hay muchas: el ecoturismo es una de ellas, la elaboración de productos de alto valor es otra; la gestión de paisajes, el cacao, pero vendido a empresas grandes, la producción de chocolates bien hechos, son solo muestras de lo que se debería hacer (…) La gente local no necesita que les enseñen a conservar, necesita simplemente que los gobiernos dejen de molestarlos y que las ONGs hagan bien su trabajo”.

Saludo la noticia que les dejo que da cuenta de los avances en el manejo productivo de la palmera huasaí que impulsan el SERNANP, liderado en la zona por los biólogos Arsenio Calle y Rafael Pino, Ecopurús, la Sociedad Zoológica de Fráncfort y las doce comunidades de las etnias Huni Kuin, Mashtanahua, Madijá y Amahuaca convocadas para el reto de desarrollar la provincia respetando la intangibilidad del bosque. Sí se puede.

De esos trajines y los que vinieron, que estuvieron signados por la confrontación y arduos debates con personajes de mucha influencia en los pasadizos legislativos, el congresista Tubino uno de ellos, impulsor de un proyecto de ley que desguazaba el Parque Nacional Purús y ponía en entredicho la Reserva Comunal del mismo nombre, me quedó claro lo siguiente y lo digo citando a mi dilecto amigo el Dr. Carlos Soria: “Tenemos que ser eficientes en el manejo de los recursos que hay en las áreas naturales protegidas, la gente local quiere, ya que hablamos de conservación, el desarrollo de actividades sostenibles, no extractivas y hay muchas: el ecoturismo es una de ellas, la elaboración de productos de alto valor es otra; la gestión de paisajes, el cacao, pero vendido a empresas grandes, la producción de chocolates bien hechos, son solo muestras de lo que se debería hacer (…) La gente local no necesita que les enseñen a conservar, necesita simplemente que los gobiernos dejen de molestarlos y que las ONGs hagan bien su trabajo”.

Saludo la noticia que les dejo que da cuenta de los avances en el manejo productivo de la palmera huasaí que impulsan el SERNANP, liderado en la zona por los biólogos Arsenio Calle y Rafael Pino, Ecopurús, la Sociedad Zoológica de Fráncfort y las doce comunidades de las etnias Huni Kuin, Mashtanahua, Madijá y Amahuaca convocadas para el reto de desarrollar la provincia respetando la intangibilidad del bosque. Sí se puede.