“Vivíamos como en la edad de Bronce, rememora Eduardo Nycander para esta entrevista exclusiva, teníamos que cargar más de cinco kilómetros unos nidos que pesaban más de 250 kilos y una vez ubicado el árbol, que iba a servir de soporte, treparlos 40 o 50 metros”. Lo que nació como un proyecto entusiasta, de mucho...Leer más