Me muero de vergüenza. El bote espera por mí y yo trato de caminar lo más rápido que puedo mientras empiezo a despertarme. Son las cinco de la mañana y un poquito más y no me queda otra que aceptar que voy a ser ese pasajero dormilón que retrasa la partida de todos. Atroz, qué...Leer más