Hay paisajes que se instalan para siempre en lo más íntimo de los recuerdos por su belleza, claro, pero sobre todo por su insobornable grandiosidad: el que crea el apu Ausangate, la montaña sagrada del Cusco, al emerger sobre las pampas repletas de ichu y cultivos de papas, ocas, ollucos, mashuas en las alturas cusqueñas,...Leer más