El mío se llamaba Apu y era sencillamente hermoso. Y fiel compañero. Y tremendo guardián. Pero sobre todo un perro sin pelo del Perú dispuesto a dar batalla por sus espacios -mi casa, el malecón, los parques vecinos- con los perros más chuscos de mi barrio en Chorrillos y luego en San Bartolo, donde pasó...Leer más