Yo también, mucho antes que la pandemia nos hiciera trizas, abandoné la ciudad para instalarme en el sur chico, en San Bartolo, sobre su bahía de pescadores, el territorio de mi infancia más feliz. Dos motivos guardaba en mi faltriquera: alejarme del estrépito de una urbe que empezaba a caerse a pedazos y encontrar el...Leer más