Mi primer cuaderno de viajes, un añejo block que todavía conservo entre mis trastos viejos, lo debo haber empezado a escribir en el verano del ochenta y cuatro. Entonces no había leído a Cees Noteeboom, ni sabía que Manu Leguineche ya andaba por su segunda -o tercera- vuelta al mundo. El nombre de Javier Reverte,...Leer más