Mi opinión
Esta semana tuvimos la fortuna de conversar con el escritor Rafael Dumett, nuestro último Premio Nacional de Literatura que está en Lima, muy de paso, presentando su libro «Incas, espías y austronautas», un delicado repositorio de artículos suyos de no ficción llenos de datos y apostillas sobre su trabajo y sus andanzas. Les dejo la entrevista que le hicimos el jueves pasado en la Librería El Virrey.
Guillermo Reaño para HAZ TU PARTE
Rafael Dumett estuvo de paso por Lima así que corrimos a buscarlo para que nos brinde un poco de detalles sobre su último libro: “Incas, espías y astronautas”, la selección de textos de no ficción –o sin ficción, como le gusta decir- que acaba de presentar en Ayacucho, en la inauguración de la librería Crisol, y también en la Feria Internacional de Lima. Rafo es un viejo amigo mío, hemos compartido patio en el mismo colegio y en algunos momentos de nuestras vidas los caminos que recorríamos se entrelazaron un poco: a mediados de los ochenta el autor de una de las obras más notables de la novelística peruana, me refiero a «El espía del inca», frecuentó el mismo hall en el que yo andaba haciendo mis pininos como profesor de Los Reyes Rojos: el entonces apasionado dramaturgo conducía los hilos de su opera prima teatral: AM/FM. Los dos, en mis recuerdos, enfrentábamos los estruendos de una época violentísima con los ojos bien cerrados y ganas de tirar todo al tacho para comenzar de nuevo.
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De manera que la conversa del jueves pasado con Rafael Dumett en la librería El Virrey no era una cualquiera. En los cerca de cuarenta años de distanciamientos y cercanías digitales Dumett se ha permitido cincelar una obra que admiro, recomiendo y no he dejado de comentar. Conclusión: me presenté a la cita con los nervios en bandolera y un cuaderno lleno de notas y alambicadas preguntas que no me sirvieron de mucho a la hora del interviú. Sobre «El espía del inca» he dicho en una reseña que publiqué en esta plataforma y que nuestro Premio Nacional de Literatura 2024 leyó y tuvo la gentileza de hacérmelo saber, que se trata de “un novelón, tal vez la más ambiciosa y mejor escrita que se ha publicado en el Perú en lo que va de transcurrida la década que estamos a un tris de dejar atrás”. Lo dije en el 2019, un año después de la publicación de la novela en su versión física, la digital venía dando botes en el ciberespacio desde que Rolando Toledo, otro buen amigo, se animó a promocionarla en el 2011. Opino lo mismo sobre el quipu enhebrado por mi condiscípulo escolar y alargo la apreciación: El thriller de Rafo es lo mejor que se ha escrito en este primer cuarto de siglo del milenio que vamos trascurriendo.
Buenísimo también es el primer volumen de la zaga sobre el magnífico Eudocio Ravines, el petimetre para la gauche nativa que pasó de ser un furibundo comunista a militante de un macartismo criollo que se anticipó en varias décadas al del patético Rospigliosi. “El camarada Jorge y el Dragón” es otra endiablada ficción sobre un personaje que en sus miserias y grandezas fue superlativo. Dumett al igual que Jon Lee Anderson, el super reportero estadounidense que acaba de publicar su monumental “He decidido declararme marxista”, está convencido que la cualidad que debe tener quien está de verdad interesado en contar una historia es la de mantenerse receptivo frente a los hechos que se van desvelando, ya sea que estos provengan de la acción o inacción del buen samaritano o del pérfido ladrón. Y tratar de entender sus pulsaciones sin cortapisas, melodramas, moralinas, anteojeras o lo que sea. De allí su fascinación por la vida y la obra de Victor Serge, el militante comunista al que le dedica uno de los ensayos más notables de su último trabajo. Serge como Ravines y tantos otros desquiciados más comandaron a su manera poderosos ejércitos de una sola persona. Que con su marcha cimentaron las bases del revoltijo contemporáneo.
No les quito más tiempo, quédense con Dumett. Les dejo la entrevista, a pesar de la agitación y mis prisas la he sentido buena; interesante en todo caso. A Stéfano y a Alejandra, mis dos jóvenes compañeros de cuitas en Viajeros, les gustó, me imagino que les pareció una cariñosa conversación entre dos viejos camaradas. Y sí, pues, eso es, finalmente, lo que somos. Allí va…

“Digamos que me interesan, por razones que en realidad me son ajenas, personajes que tienen lealtades divididas o conflictuadas. Pero es curioso, yo pensaba que había elegido como protagonistas a Yunpacha primero y a Eudocio Ravines después por razones completamente diferentes. Creía que los había elegido en ambos casos porque pueden sostener una buena historia que me mantuviera interesado por años, sino décadas. Que me siga conmoviendo durante mucho tiempo, incluso si ni yo mismo entiendo por qué. Ahora creo que la afinidad principal es que ponernos en su perspectiva nos permite ver toda una época desde dentro. Brindan una extraordinaria amplitud de miras, incluyendo de miras morales. Pero hay algo más. Es algo que dijo Hilary Mantel, y creo que corresponde. Cito de memoria, pero es algo así como que uno tiene que elegir como protagonista a alguien a quien no entiende. Y estoy de acuerdo. Después de 10 años de trabajo, con la novela ya publicada, aún no termino de entender a Atahualpa. Y después de cinco, no creo que vaya a entender nunca a Ravines. Pero lo intento, y de eso se trata” (Dumett en una entrevista con Jorge Frisancho. |