Mi opinión
El Amak Iquitos se encuentra a orillas del río Yanayacu, en una explanada dominada por una maloca central, de techos de yarina y mucha, muchísima comodidad, que hace las veces de salita de estar, comedor, bar, punto de encuentro y socialización. Dieciocho bungalós de dos piezas y acogedora terraza completan la propuesta. Minimalismo y comodidad, espacios amplios y cabañas bien puestas que intentan invisibilizarse para que el bosque haga lo suyo. En el Ämak la energía es solar y la comida tiene el sello de un chef que emplea muy bien las partituras que ha puesto de moda la espléndida cocina novoamazónica. Descanso a manos llenas y corazón contento.
El retorno a las fuentes: el Amak de Iquitos, una propuesta renovadora
El Yanayacu es un río de aguas negras, aparentemente plácidas, un tributario del Amazonas que carga sin prisa un caudal que impresiona. He tomado su curso, cincuenta minutos después de haber dejado atrás el puerto de Nanay, en Iquitos, para instalarme por unos días en el ecoalbergue Amak una novedosa propuesta de turismo de naturaleza, ecofriendly y sencilla, a poquísimos minutos del rey de los ríos, el multiforme y soberano Amazonas.