Mi opinión
Conozco a varios firmantes de los acuerdos de conservación que viene impulsando desde hace buen tiempo CI-Perú en los bosques del Alto Mayo, una región próspera, exageradamente bella y duramente golpeada por la deforestación que se enquistó en la región durante décadas.
A propósito de un especial de la revista Viajeros sobre el Bosque de Protección Alto Mayo tuve el honor de visitar en el 2016 algunos de los emprendimientos que nacieron como producto de los acuerdos de conservación firmados entre el Estado, a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), y la población local con la intención de gestionar adecuadamente el bosque y construir desarrollo sostenible, para siempre.
Qué bueno que el modelo se haya consolidado y que la COICA, la organización representativa de los pueblos indígenas amazónicos, quiera hacer suya la iniciativa con la intención de replicarla en el resto de la cuenca. Se trata de asumir responsabilidades y compromisos mutuos y desde esa lógica construir gobernanza ambiental. No hay otra salida por ahora: solo el trabajo conjunto, sin protagonismos exagerados, desde las propias comunidades, hará posible la reconstrucción de un tejido social que fue destruido a la mala por el desarrollismo que imperó por años en una de las regiones más impresionantes de la Amazonía peruana. Y que a veces parece indestructible.
Voy a volver pronto al Alto Mayo para celebrar con sus protagonistas tantas ilusiones. Felicitaciones a todos ellos
A fines de enero pasado, Tuntiak Katan, vicepresidente de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y miembros de su equipo técnico visitaron las actividades que está desarrollando Conservación Internacional (CI) en las comunidades awajún del Alto Mayo en Perú.
Esta comisión también estuvo acompañada por Pancho Tanques, vicepresidente de la Federación Regional Indígena Awajún del Alto Mayo (FERIAAM), y Oswaldo Juep y Levi Tsamach de la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de San Martín (CODEPISAM).
La visita se realizó con la finalidad de conocer las experiencias que está trabajando Conservación Internacional con los pueblos indígenas de Perú, a través de los acuerdos de conservación, como una herramienta para fortalecer la gobernanza indígena, e idear una estrategia que pueda implementarse en los nueve países de América Latina representados por la COICA.
Esta herramienta tiene como objetivo promover la conservación y fomentar la economía indígena desde la visión de los pueblos indígenas. “Es una puerta de entrada y una herramienta que ayuda a consolidar derechos, el fortalecimiento de capacidades y la gobernanza de los pueblos indígenas amazónicos”, menciona Cándido Pastor, director regional para el trabajo con pueblos indígenas y comunidades locales de Conservación Internacional.
Durante su recorrido por el Alto Mayo, la comisión conoció los esfuerzos que se están realizando en las parcelas de cacao y vainilla de la comunidad awajún Alto Mayo. También llegaron a la comunidad de Shampuyacu para visitar la experiencia con las mujeres awajún en el Bosque de las Nuwas, así como las parcelas de plantas medicinales, cacao y yuca de los comuneros.
Tras esta visita, Tuntiak Katan señaló que actualmente la COICA y los pueblos indígenas amazónicos tienen como desafío el uso planificado de su territorio. “Necesitamos encontrar ese mecanismo que nos permita gestionar recursos y planificar acciones concretas, caminar junto a los aliados y por eso hoy estamos aquí con CI para avanzar en este proceso”, mencionó. Asimismo, felicitó el trabajo que están realizando los awajún del Alto Mayo para restaurar su espacio territorial de manera sostenible y en favor de su economía.
Para los pueblos indígenas la preservación de su territorio es clave, y los acuerdos de conservación son la prueba de que no sólo son compatibles con la administración de sus tierras, sino que también son capaces de generar impactos positivos para la conservación de la naturaleza y la lucha contra el cambio climático.
Acuerdos que logran avances
En la comunidad de Alto Mayo, de picos de deforestación que superaron las 972 hectáreas en el 2010, durante los dos últimos años, según la plataforma Geobosques, la deforestación anual fue de 62 hectáreas en el 2016 y en 2017, poco más de 10 hectáreas. El bosque ha vuelto a crecer, y jóvenes comuneros como Watsun Wajaí (28), han decidieron dejar de alquilar sus tierras para empezar a cultivar café, cacao y plantas nativas. Wajaí espera cosechar este año su primera producción de cacao fino de aroma y venderla a una empresa chocolatera francesa.
En la comunidad de Shampuyacu donde la pérdida de bosques también alcanzaba cifras descomunales, las mujeres de esta comunidad crearon como solución El Bosque de las Nuwas para evitar ver a su bosque, cultura y tradición en riesgo de desaparecer. Con el apoyo financiero de Conservación Internacional y socios como Takiwasi, han logrado identificar y registrar 110 especies de plantas medicinales y aromáticas para la elaboración de infusiones que ya cuentan con los registros sanitarios y de marca listos para que salgan a la venta en Lima este año.
El Bosque de las Nuwas: conservación ambiental y resistencia awajún