Mi opinión
Lo he comentado en la primera parte de este reportaje. Comparto el mismo convencimiento que tienen los técnicos de Conservación Amazónica – ACCA en relación a las batallas que nos quedan por ganar en la Amazonía del Sur del Perú, un paisaje extremadamente rico en biodiversidad amenazado permanentemente por la deforestación y el impulso de las actividades productivas insostenible; es por ello que decidí caminar estos últimos cuatro meses con sus equipos para conocer, in situ, los proyectos que vienen ejecutando.
Carlos Castañeda, el coordinador del Programa de Drones de ACCA, sabe lo que dice. Vinculado a la institución conservacionista desde el 2001 su trabajo en todos estos años, aunque ha ido variando de acuerdo a los proyectos en cartera, ha sido fundamentalmente el mismo: salvaguardar la riqueza que se encuentra en los bosques tropicales para generar desarrollo sostenible en las poblaciones locales, principalmente.
Con él y con el fotógrafo asturiano Chema Formentí, ingresé por primera vez a los bosques que se resguardan en la Estación Biológica del río Los Amigos, hasta el día de hoy un corredor natural extremamente rico habitado por indígenas en aislamiento voluntario.
Lo increíble del caso, me lo va contando mientras tomamos un café en el centro de la ciudad de Puerto Maldonado, es que la estación biológica de Los Amigos –o CICRA, Centro de Interpretación y Capacitación Río Los Amigos para los entendidos- viene sufriendo lo mismo que los concesionarios forestales y otros propietarios sufren cotidianamente: la invasión de taladores ilegales o mineros que, papeles en mano, aducen derechos sobre los bosques que pretenden.
Juan Loja me lo había advertido días antes: el problema que se debe afrontar de una vez y para siempre en Madre de Dios es el que ha creado la disparatada superposición de derechos otorgados que existe sobre la tenencia de la tierra. En la región de la biodiversidad, es común que el Estado –ya sea regional o nacional- le siga extendiendo derechos de uso sobre la tierra y el subsuelo a agricultores, concesionarios maderables o no maderables y mineros.
En ese zafarrancho legal los más fuertes son los que terminan, por lo general, imponiendo condiciones.
Y la minería en Madre de Dios tiene tremendo poder. La minería y la obsesión de las autoridades regionales por la construcción de nuevas carreteras y la agricultura migratoria.
Ojos y oídos para salvar la Amazonía
Tercera estación, Puerto Maldonado
Plantar árboles de manera desarticulada o llenar las calles de manifestantes reclamando acciones concretas que protejan la Amazonía no es el camino para la solución de los grandes problemas que afligen al ecosistema responsable de producir el 20 por ciento del oxígeno que respiramos y la quinta parte de las despensa de agua dulce que nos quedan.
Los enfoques particulares, espontáneos, cortoplacistas, por llamarlos de algún modo, no van a ser los que resuelvan los grandes problemas que estamos en la obligación de afrontar, que en honor a la verdad están vinculados en la mayoría de los casos a dinámicas socio-económicas propias del mundo global o sus soluciones dependen de la toma de decisiones integrales, transfronterizas. Muy pocas veces locales o aisladas.
Son urgentes las miradas diferentes, el abordaje de los problemas que afectan a la Amazonía de manera conjunta, apelando a la razón y a la ciencia. “Adoptando un enfoque de trabajo integral y manteniendo nuestros pies bien puestos en los paisajes que queremos conservar, vamos a lograr que los bosques amazónicos perduren en el tiempo y beneficien a las futuras generaciones”, me lo había dicho con renovadas certezas Daniela Pogliani en Lima.
Refiriéndose a los proyectos tecnológicos que se están implementando en Madre de Dios con el objetivo de combatir la deforestación, la directora ejecutiva de Conservación Amazónica –ACCA ha comentado lo siguiente: “Nuestra tecnología coloca ojos en el cielo para que los propietarios puedan tener acceso a imágenes de alta resolución y puedan comprobar la existencia de amenazas que les permita tomar las acciones necesarias”.
“Con el proyecto CAMBIO estamos trabajando con la Asociación de Concesionarios Forestales Maderables y no Maderables de las Provincias de Manu y Tambopata (ACOMAT), insiste Loja, con el objetivo de conseguir la continuidad biológica de la que hemos venido hablando. ACOMAT es el corazón de la iniciativa, estamos hablando de 14 concesionarios que tiene cada uno al menos 40 mil hectáreas en concesión, cerca de 400 mil hectáreas que se van a conservar al trabajar con esta asociación”.
Los castañeros capacitados en el manejo de drones, como la aguerrida Flor Rumayna, concesionaria e impulsora en el lago Huitoto de un emprendimiento de ecoturismo, han sido entrenados en monitoreo satelital de manera que pueden utilizar la información obtenida para realizar denuncias ante el Ministerio Público.
Diez integrantes de ACOMAT han recibido la certificación oficial en manejo de drones que emite el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Voy cerrando el círculo en Madre de Dios. Como leo en los documentos que recogí en la oficina de ACCA en Miraflores. “la deforestación en la Amazonía Andina se ha incrementado, por lo tanto, hay que seguir implementando el uso de avances científicos innovadores que puedan contrarrestar ese avance”.
Flor Rumayna y Sara Hurtado, otra concesionaria forestal que participa en el proyecto CAMBIO, viajaron en las últimas semanas a Lima para seguir con las capacitaciones que se iniciaron en Puerto Maldonado y en el río Los Amigos y recoger la acreditación que las certifica como “pilotoa de drones”: aprendizaje que con seguridad les va dar mayores competencias para efectuar con mayores bríos su trabajo como custodias forestales, una figura legalmente establecida que permite que sea la propia población local la vigilante de sus bosques y cuerpos de agua.
Custodiar el bosque con herramientas eficientes a la mano, sin duda, constituye un avance significativo –y disuasivo- en la lucha sin cuartel contra la deforestación y los ecocidios.
Batallas que por cierto van obteniendo el reconocimiento de la sociedad civil. El año pasado el proyecto “Tecnología de vanguardia satelital y de campo para enfrentar la deforestación en los castañales de la Amazonía Sur Peruana”, una experiencia que resume las lecciones aprendidas a lo largo de estos primeros años de trabajo con las iniciativas MAAP y CAMBIO, fue uno de las ganadores en Latinoamérica del Desafío Google, un concurso que apoya propuestas de innovación social para el desarrollo de la región.
Con los fondos obtenidos, los técnicos del denominado internamente proyecto GOOGLE han venido ejecutando acciones que permiten utilizar en campo drones y smartphones, asistidos con programas de navegación GPS, en el necesario patrullaje y monitoreo de las áreas amenazadas por el avance de la agricultura intensiva, la minería ilegal y el cambio del uso de la tierra.
Una tecnología de fácil uso y acceso para propietarios de predios agrícolas y castañeros y, conforme avance el proyecto y se validen sus logros, para emprendedores turísticos amenazados también por la invasión de sus predios.
Según las cifras que maneja ACCA, cuarenta y cinco mil pobladores de Madre de Dios se verán beneficiados con el proyecto y un millón de hectáreas del bosque de la región se podrán salvar de la inminente desaparición. “La tecnología puede cumplir un rol fundamental en Latinoamérica en ayudar a resolver los problemas más apremiantes de la región”, lo comentó un alto funcionario de la más importante empresa de comunicaciones global.
No deja de tener razón, en Madre de Dios, miles de anónimos defensores ambientales –castañeros, acuicultores, agricultores, emprendedores turísticos, shiringueros y muchos, muchísimo más productores sostenibles- empiezan a beneficiarse de los usos tecnológicos de unos aparatitos tecnológicos que fueron creados inicialmente para estar mejor comunicados que ahora están sirviendo también para derrotar el flagelo de la extracción irresponsable de los recursos naturales de la casa de todos.
Qué la revolución tecnológica y las buenas noticias continúen.
29/9/2018