Mi opinión
Lo tengo entre los más destacados guardianes de la biodiversidad del nuestro país, ese tesoro de incalculable cuantía que estamos aprendiendo a cuidar pese a las noticias infames y al descalabro ambiental a nivel planetario que nos ha tocado vivir: Enrique Ortiz, biólogo sanmarquino, fundador y actual presidente ejecutivo de Conservación Amazónica -ACCA, la oenegé que desde hace más de veinte años puja por salvar los bosques del Tambopata y alrededores, es el embajador -en la práctica- del conservacionismo cholo en las grandes ligas y, qué buena noticia, desde hace un par de semanas el merecido receptor del premio a la Resistencia que cada año otorga Caretas, la revista que ha vuelto a la lid a pesar de que ya la daban por muerta. Agradecimientos, más que felicitaciones, a Enrique Ortiz, por su trabajo tesonero y con punche y también por su obstinación en seguir confiado en que es posible derrotar al Armagedón ambiental y a todos sus compinches. Larga vida, compañero, #otromundoesposible
El último fin de semana, la revista Caretas reconoció al biólogo Enrique Ortiz Tejada, actual director de Programa de Andes Amazon Fund, como Guardián Natural en los Premios a la Resistencia 2020, por su dedicado trabajo a favor de la conservación de las áreas naturales protegidas del país desde hace décadas.
Según señala la revista, con su trabajo, Enrique Ortiz “ha logrado destinar una buena cantidad de fondos para la conservación de áreas protegidas”, unos 250 millones de dólares en toda la región. Asimismo, ha participado de manera activa en la creación de áreas protegidas que juntas suman unas 20 millones de hectáreas.
Ortiz estudió Biología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su apego por la protección de nuestra biodiversidad comenzó desde muy temprana edad, cuando se involucró en las tareas para salvar a la vicuña de la extinción. También es reconocido por ser parte de la lucha contra la minería ilegal en la Amazonía peruana, y el respeto por los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.
En conversación con Actualidad Ambiental, el biólogo asegura que recibir este reconocimiento fue una sorpresa para él porque siempre le gustó trabajar con perfil bajo.
“Tengo entendido que este reconocimiento es por ‘la resistencia’. Es decir, que a pesar de traspiés y retrocesos, siempre fui constante en la curiosidad por la naturaleza, y la terquedad de ir contra la corriente para proteger los ambientes naturales, no importa qué. Para mí es una sorpresa porque mi marca ha sido siempre estar ‘detrás de la cortina’, porque creo que eres más efectivo así. La vanidad es un peligro”, señala Ortiz.
El biólogo también resalta el orgullo de haber trabajado todos estos años a favor de diversas especies en distintos hábitats, “desde garrapatas hasta ballenas, y desde el desierto, el mar, la puna, hasta los bosques más exuberantes”. Y de las especies de fauna, afirma que “siempre mi corazoncito estuvo más con las aves, y en particular con el Maserati de las rapaces, el halcón peregrino”, aunque también le tiene especial cariño a la pava aliblanca, un ave que estudió en sus primeros años como profesional.
Dentro de su trabajo, también destaca haber conocido a la castaña, que tiene el “más hermoso y complejo” ciclo, y es un “ejemplo de especialización, dependencia y mutualismo más fascinante que hay”.
Áreas protegidas y actividades ilegales
Uno de los grandes problemas para la gestión de las áreas naturales protegidas son las actividades ilegales como la minería, tala, narcotráfico, entre otras. Ante este panorama, el biólogo considera que, en el corto plazo, se debe “restablecer la ley, y el principio de autoridad. Sin reglas que se respeten, perdemos el capital natural”.
“A mediano plazo, se deben reforzar las instituciones, y el peso de la sociedad civil. A largo plazo, se debe poner a la naturaleza como una responsabilidad moral de los peruanos y de la humanidad”, agrega.
Ortiz, también es actualmente uno de los promotores de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, un área protegida que se encuentra en proceso de establecimiento. El biólogo afirma que confía “en que sí se va a lograr [crear el área], que finalmente logremos ponernos de acuerdo, y espero que más pronto que tarde”.
“Estamos fallando en la estrategia, y los ambientalistas debemos ser más inteligentes en ella. Solo hay que mirar la historia de la conservación en el Perú. El objetivo es el manejo del mar, y el área protegida es solo una herramienta”, concluye el Guardián Natural.