Solo Para Viajeros

Haylli, haylli, haylli Feria de Aves del Cusco

Wili Reaño desde la XI Feria de Aves de Sudamérica

Mientras Fernando Angulo, el impulsor más decidido del birdwatchismo peruano y líder de Corbidi, una de las  varias organizaciones especializadas detrás de la XI Feria de Aves de Sudamérica, se dirigía al respetable un ratito antes de cortar la cinta bicolor que iba a dar por iniciado oficialmente el evento, los pajareros convocados dejaron un momento las formalidades  para levantar la vista, y los lentes, para registrar tres invitados de última hora: Alder flytcatcher (Empidonax alnorum), Crowned slaty flycatcher (Griseotyrannus aurantioatrocristatus) y Chivi vireo (Chivi vireo), los tres migrantes alados del invierno boreal de paso por la ciudad del Cusco. De paso como Thomas Schulenberg, Tiffany Kersten, Tim Appleton, Cullen Hanks, Bruno Arantes Bueno, el propio Fernando, que vino desde Chiclayo, y tantos otros especialistas en aves tropicales que llegaron a Perú para celebrar la fiesta anual del continente con más riqueza ornitológica del planeta.

Me lo comentó con entusiasmo Leo González, pajarero cusqueño, el parque San Francisco, el lugar donde se acomodaron los 48 stands de las empresas privadas, ONG y organismos del estado que participan en la feria, es un pequeño jardín botánico con las especies más representativas de la flora local: intimpas, chachacomos, queuñas, huaranhuayes. Para las aves en plena marcha migratoria, un oasis de vida natural en medio de una ciudad que crece y crece cada día más.

Entonces, para ellas, no queda otra cosa que aletear cuesta abajo para acomodarse en parejas o en tropel en las tupidas ramas de un bosquecillo creado por la mano del hombre para el disfrute ciudadano. Y atisbar con perplejidad a los humanos que se han reunido para inaugurar un evento que las toma en cuenta y quiere que sus trazos y formas se perpetúen en el tiempo.

Todo encaja.

Pajareros de 20 países se han dado cita en el Cusco para festejar la riqueza en aves de Sudamérica.

Esas son las ventajas de vivir, pajareros y pájaros, en uno de los territorios del mundo con más hábitats para el desarrollo de la vida aviar. Angulo, flanqueado por la crema y nata de la ornitología sudamericana y terco organizador de cónclaves de este tipo, lo resumió fiel a su estilo campechano y zumbón: “Caramba, parece mentira, no se imaginan, no saben lo que ha costado sacar adelante esta feria. Aquí está el esfuerzo, las miles de horas de conversaciones y reuniones que Steve Sánchez, Thomas Valqui, Dennis Osorio y el equipo de Gina Gaete invertimos en estos últimos meses”.  

Y lo hicieron, debo decirlo mientras aplaudo de pie, buscando un objetivo subalterno (caleta en el lenguaje de Angulo): lograr que el número y la calidad de los amantes de las aves contribuya a mejorar y renovar a la comunidad pajarera peruana.

Meta por cierto cada vez más alcanzable: setecientos participantes al evento cusqueño parecen confirmarlo.  Setecientos inscritos de 20 países diferentes, la mayoría nacionales, qué fiesta.

La ilusión por las aves que pueblan nuestro territorio no es una cualquiera. Una mamacha que asiste a la inauguración con sus polleras y sonrisa inmensa, me lo dice, bajito, mientras observa los stands de “estos gringos locos” que repletan la plaza San Francisco. Para ella, habitante de una ciudad que por primera vez recibe a la élite birder de este lado del planeta, los pájaros están en el ADN de la raza. “Cuando yo muera, me dice, quisiera convertirme en colibrí y volver a este país que quiero tanto». Le creo.

“Haylli, haylli, haylli Feria de Aves del Cusco”, ese fue el grito que había lanzado a los cuatro vientos el emocionado alcalde de la ciudad Víctor Boluarte unos minutos antes, cuando le tocó dar las palabras de inicio en el moderno Centro de Convenciones de la municipalidad metropolitana. Lo habían precedido en los discursos de ley Horacio Matarasso, presidente de Comité Internacional de la Feria de Aves de Sudamérica y Steve Sánchez, de la organización local. Los tres felices, misión cumplida.

Emocionado alcalde del Cusco Víctor Boluarte declara oficialmente inaugurado el evento.

Día de trabajo

El evento se inició temprano, a las ocho en punto, como debe ser. Participantes y miembros de la organización nos fuimos moviendo por el local de la muni para asistir a las charlas y talleres del primer día. Qué lujo, en un salón el propio Angulo dando consejos e información útil sobre las grabaciones en campo en compañía de un compacto grupo de especialistas en la materia; en otro y cumpliendo con los tiempos: Dennis Osorio, Steve Sánchez, Thomas Valqui, Omar Custodio, Horacio Matarasso. Me quedo, lo apunté por allí, con una frase de Fernando: “Grabar el sonido de los cantos de las aves me ha permitido expandir un sentido que normalmente tenemos apagado”.

En el paraninfo principal los asistentes al evento tuvieron la oportunidad de conocer lo que se está haciendo en temas de educación ambiental en lugares tan disimiles de la región como el Alto Mayo, en San Martín; Barrancabermejo, Colombia, Guatemala, Chile, Lomas de Paraíso en Villa María del Triunfo y San Bartolo, al sur de Lima, donde un grupo de niños en situación de abandono están reconociendo a las aves del barrio para pintarlas y llenar las calles y parques de la vecindad de afiches y murales interpretativos. Seis de los artistas han venido desde Lima al evento para contar lo que están aprendiendo.

Lucytania Bazán del proyecto Saber y Sentir de San Bartolo.

Pero sin duda el plato fuerte de la jornada fue la charla magistral de Thomas Schulenberg, 48 años dando vueltas por el Perú para comprender la diversidad aviar de un país al que le ha dedicado, junto a otros expertos de su talla, la guía “Aves del Perú”. Magnífico: Schulenberg hizo un repaso de las plataformas que existen en la actualidad para fisgonear como se debe: Merlin, eBird, The CornellLab of Ornithology, entre otras. Al final de su participación anunció nuevas sociedades con Corbidi para seguir creciendo y pidió, como se debe, una chela para agradecer por tanto. “Con ciencia y tecnología más una comunidad comprometida, concluyó, podemos hacer conservación a gran escala”.

Maestro.

Lo mismo comentaron Sebastian Herzog y José Altamirano, el primero cuando presentó la propuesta Conserva Aves que pretende crear 100 nuevas áreas protegidas en la región y el segundo relatando lo mucho que se ha avanzado en el Alto Mayo para crear una red de avistamiento de aves dirigida por la propia población local.

Lindo día de trabajo y de intercambio entre pajareros de todas partes en la Llaqta sagrada de los Incas, la capital, el centro del Tahuantinsuyo. Haylli, haylli, haylli Feria de Aves del Cusco.

Tom Schulenberg firma libros y autógrafos para sus seguidores. Todos locos por las aves.

Deja un comentario