Mi opinión
Qué bueno, en medio de tantas malas noticias asociadas a los incendios que vienen destruyendo extensos territorios del bosque seco del norte de nuestro país por donde se desplaza la especie, que una criatura de oso de anteojos haya nacido en Chaparrí, la histórica Área de Conservación Privada de Chongoyape, en Lambayeque, es una maravilla. Ojalá que la hija de Lola y Tonga reciba los cuidados de sus progenitores para que crezca sana y feliz en la reserva ecológica, la primera ACP del sistema nacional, que con tanto empeño contribuyen a proteger amigos tan queridos como Juan de Dios Carrasco y Heinz Plenge.
Agencia Andina
Después de seis años, en la reserva ecológica Chaparrí, ubicada en la región Lambayeque, nació hace dos meses un osezno, considerado un gran logro del Programa de Conservación y Rescate de Osos de Anteojos, informó Javier Ruiz, defensor del área natural.
Los osos Lola y Tongo son los padres del hermoso cachorro. “Los guardaparques lo descubrieron cuando evidenciaron que la osa no salía de su guarida y al escuchar ruidos diferentes. Recién hoy el osezno ha comenzado a salir de la osera y hace pequeños recorridos, siempre protegido por Lola. Este nacimiento nos recuerda la importancia del ‘milagro Chaparrí’ para la conservación de las especies emblemáticas del bosque seco”, aseveró.
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Recordó que el Programa de Conservación y Rescate de Osos de Anteojos tiene como propósito favorecer la investigación y la educación ambiental en torno a esta especie que convive con especies en peligro, como la pava aliblanca; el mamífero omnívoro es uno de los principales atractivos naturales en el norte del país.
Remarcó que los comuneros expresaron su alegría por la llegada del nuevo ejemplar, que alberga la Reserva Ecológica de Chaparrí, cuya especie no solo se ha retratado en una moneda, sino que también fue la mascota oficial del reciente Campeonato Mundial de Atletismo Sub-20 Lima 2024, en el que participaron 1,700 atletas de todo el mundo.
Lugar sagrado de los antiguos peruanos
Chaparrí es el nombre de la montaña que resguarda esta reserva ubicada en el distrito de Chongoyape y, además, un lugar sagrado para la cultura Lambayeque o Sicán.
En sus alrededores crece un bosque seco único en el Perú que camufla restos de culturas milenarias, como tallados en piedra o construcciones de adobe. Entre sus árboles y restos se pueden ver zorros, roedores, colibríes, guanacos, pitajos de tumbes y cóndores andinos que gozan de la paz y tranquilidad gracias a estos implacables guardianes que vieron en la conservación de su territorio la mejor vía para desarrollarse.
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Más de 280 especies de aves, 15 de mamíferos, 23 de reptiles y 5 de anfibios conviven con esta comunidad que puso la vida por delante de todo en su más de 34,000 hectáreas. Es así que desde el 2001 dejaron atrás la deforestación de esta área y se dedicaron a promover el turismo responsable.
Ejemplo de conservación
A la fecha, Chaparrí se ha convertido en un ejemplo de conservación en el país, valorado por los cientos de visitantes que llegan de todas partes del mundo para maravillarse en este bosque. Con los ingresos del turismo se ayuda al desarrollo de la comunidad y se potencian sus escuelas, postas y demás servicios.
Este rincón de Lambayeque es considerado una de las principales reservas naturales del norte del país. Es un lugar único del Perú para conocer de cerca a los osos de anteojos, ya que una porción de su población en Chaparrí vive en semicautiverio y también a las pavas aliblancas que se creían extintas.
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