Mi opinión
El axioma se cae de maduro: mientras los residuos sirvan para arrojarlos en cualquier lugar la gente los va a botar donde se le antoje. Si se les da valor, en cambio, y eso es lo que se está haciendo en Machu Picchu Pueblo gracias a una asociación pública-privada que ha seguido firme en la tarea iniciada de descarbonizar la localidad de ingreso a nuestra Maravilla de la Humanidad, los va a cuidar, los va a convertir en un insumo con utilidad.
En el 2021, gracias a una invitación de Joe Koechlin, de la cadena de hoteles Inkaterra, una de las empresas comprometidas con el cambio, volví a Machu Picchu con Gabriel Herrera para conocer la planta pilorizadora que estaba convirtiendo los residuos orgánicos de los restaurantes y hoteles de la ciudad en abono para los sembríos de sus comunidades y ver en acción la maquinaria que transformaba las botellas de vidrio -y el vidrio en general- en arena de construcción, un material extremadamente valioso en una urbe que creció endemoniadamente utilizando a la mala la arenilla de las orillas del río Vilcanota con todo el perjuicio que esto supone.
También para conocer la maestranza del Inkaterra Machu Pichu Pueblo Hotel donde se transformaba el aceite de cocina de los restaurantes y hogares, que antes iban a parar al mismo río, en biodiesel y jabones, gracias a la implementación de la primera planta transformadora de aceite traída al Perú. Nos quedamos con la boca abierta: con poco presupuesto y la buena voluntad de pobladores, autoridades y empresarios era posible transformar en tiempo récord una ciudad contaminada en un lugar con cero emisiones de carbono y aire puro a raudales.
Lo comentamos de inmediato en esta plataforma, la revolución natural de la que habla Jorge López Dóriga, directivo del grupo AJE y el sueño de un turismo sostenible de verdad, una de las ilusiones más intensas de José Koechlin von Stein, patriarca del mejor turismo peruano, se estaba gestando en Machu Picchu Pueblo, una ciudad que durante muchos años fue sinónimo de lo contrario. Me alegra que en la batalla sigan los implicados en el modelo del 2021 y que a éste se hayan sumado Promperú y otros actores: ese es el camino, no hay otro, tenemos que pasar de las buenas intenciones a los hechos… y bregar con ahínco para que las iniciativas novedosas no se espanten ante la voracidad de las críticas que generan en nuestro país las iniciativas novedosas para que el ejemplo cunda y de a poquitos vayamos sanando lo que con tanto afán otros destruyeron, #OtroMundoesPosible
Hoy, 27 de junio, en el marco del décimo séptimo aniversario de su elección como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, el Santuario Histórico de Machupicchu ha recibido nuevamente el certificado como “Destino Carbono Neutral”. Este logro coloca al Perú en la vanguardia con respecto al tema de sostenibilidad ambiental y en la lucha contra los efectos del cambio climático.
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Nuestro ícono y maravilla mundial recibe este distintivo gracias al compromiso del sector público y privado, que sumando esfuerzos lograron este valioso resultado. Por un lado, el grupo impulsor conformado por la Municipalidad de Machupicchu, Grupo AJE, Inkaterra y Tetra Pak, y el grupo aliado integrado por PROMPERÚ, World Xchange, Luz del Sur, Bosques Amazónicos (BAM), Latam y CANATUR.
La certificación fue otorgada por Green Initiative, la empresa líder en certificación climática en el sector de turismo, que reconoce el cumplimiento de sus metas de descarbonización.
Para lograr este reconocimiento, el Santuario Histórico de Machupicchu ha adoptado medidas efectivas para reducir su huella de carbono y compensar las emisiones restantes, implementando prácticas sostenibles como la gestión de residuos sólidos y la promoción de una economía circular.
“En PROMPERÚ, tenemos el firme propósito de contribuir con el desarrollo sostenible y descentralizado de nuestro país”, destacó la Presidenta Ejecutiva de PROMPERÚ, Claricia Tirado, en la ceremonia celebrada en la Plaza Manco Cápac de Aguas Calientes.
“Todos los que desempeñamos algún papel en el sector público o privado tenemos la responsabilidad de asegurar que los beneficios económicos generados se encuentren acompañados de una gestión sostenible”, agregó.
Es importante resaltar que la certificación tomó como línea de base los resultados de emisiones de carbono del 2019 y se centró en estimular acciones para la reducción, tratamiento y correcta gestión de los residuos generados. También incluyó la sensibilización de los pobladores, comercios y hoteles.
En esa línea, se implementaron cuatro procesos para reutilizar los residuos aprovechables: la instalación de una planta compactadora de plástico PET y cartón; una planta de biodiésel, para procesar los residuos de aceites de restaurantes y casinos; una planta pirolizadora de residuos orgánicos, que permite generar carbón natural, y dos máquinas trituradoras de vidrio para convertir las botellas en arenilla para la construcción y ornato.
Este modelo de economía circular permite darles una nueva vida a los residuos aprovechables como el plástico, el cartón, los envases de Tetra Pak y el vidrio, además del tratamiento del aceite.
Desde PROMPERÚ, seguimos promoviendo y trabajando en un turismo responsable y sostenible. Sabemos que ya no es solamente una forma de diferenciarnos, es una necesidad.