Mi opinión
En julio del año pasado los muchachos de Conservamos por Naturaleza, con Bruno Monteferri a la cabeza , navegaron el Marañón, el río que inmortalizara el escritor Ciro Alegría en “La Serpiente de Oro”, para llamar la atención sobre la inminente y desatinada construcción de ocho represas a lo largo de su cauce. Represas puestas al servicio de la obtención de energía para la exportación y, seguramente, jugosas ganancias a cambio de la destrucción de una de las cuencas más extraordinarias del planeta, según lo que cuentan el propio Bruno y el documentalista Rocky Contos en un video que circula por YouTube y que también les estoy copiando.
El caso es que la construcción de la megaobra sigue en pie a pesar de que no se han levantado las observaciones que colectivos tan importantes como Marañón Waterkeeper y la propia Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) hicieran en nombre de una opinión pública distraída en otros menesteres. Nosotros nos hemos plegado a la causa, conocemos la zona y somos conscientes de su extraordinario potencial turístico –Contos llega a comparar el cañón del Marañón con el del Colorado- y económico.
Esta semana visitó Lima el influyente ambientalista Robert Kennedy Jr. quien se ha sumado a la campaña “Marañón sin represas”. En nuestra ciudad logró reunirse con los ministros Zavala, Galarza (Ambiente) y Tamayo (Energía y Minas) para trasladarles las preocupaciones que su institución y otras organizaciones conservacionistas tienen al respecto. Esperamos una pronta reacción del nuevo gobierno; como lo ha comentado a la periodista Gabriela Machuca, de Somos, el abogado Kennedy, no hay razones de peso que justifiquen el apuro de los inversionistas en empezar a ejecutar la megaobra como se pretende. Vamos a estar muy alertas a lo que se viene.
Buen domingo para todos.
Bomba. Así la pasó Robert Kennedy Jr. durante los cuatro meses que vivió en Ilave en 1973. Tenía 19 años. Antes de respirar el limpísimo aire puneño, y de aprender algo de aymara, el joven miembro de uno de los clanes políticos más poderosos de la historia contemporánea estadounidense había tenido similar experiencia en la todavía arenosa invasión de Ciudad de Dios en San Juan e Miraflores. Allá estuvo cuatro semanas. Ambas vivencias las plasmó en un ensayo que lo haría ingresar luego a la Universidad de Harvard, donde siguió Derecho. Su obsesión con el Perú, sin embargo, había empezado aún más tiempo atrás y provenía de una sola fuente: su padre, el senador demócrata y ex fiscal de la Nación Robert Kennedy, asesinado en 1968. Él también había pasado por estos lares y no podía estar más deslumbrado con nuestra historia. Por eso siempre le hablaba del Imperio Incaico, de Atahualpa, de Simón Bolívar. De lo bomba que la pasó en su propia visita.
Los relatos maravillosos del papá y aquellos viajes personales (a los que se sumaron otros en los que descendió en kayak por el río Apurímac y recorrió los Caminos del Inca con su amigo, el actor Dan Aykroyd) no son lo único que ata a Kennedy Jr. (62) con esta hermosa tierra del sol. Tras haber dedicado gran parte de su vida a la defensa del medio ambiente, recientemente llegó a Lima como director de Waterkeeper Alliance, un movimiento que unifica a 290 socios alrededor del planeta que abogan por los cuerpos de agua (ríos, arroyos y costas) y luchan contra la contaminación. Su objetivo esta vez en la capital: interceder por el cuidado del río Marañón.
Celador de las aguas
“Se trata de uno de las principales afluentes del Amazonas. Su ecosistema es impresionante y posee un gran potencial turístico y económico. Es tan hermoso como el Gran Cañón y este último recibe cinco millones de visitantes a año… El Marañón incluso debería ser considerado una Reserva de Biósfera”, cuenta a Somos el abogado mientras bebe té en una terraza de Miraflores. Es bastante parecido a su padre y tiene la voz ronca, producto de la distrofia espasmódica que padece. “Mi interés aquí es tratar de generar una reacción racional en el Gobierno en términos de repensar los diversos proyectos de represas que se pretenden instalar en el río, los cuales serían contraproducentes para el ambiente y los miles de pobladores que viven en las zonas aledañas”.
El interés de Kennedy por la protección del medio ambiente lo ha llevado por diferentes caminos a lo largo del tiempo. Desde ser considerado en el 2010 “héroe del planeta” por Time.com, debido a su esfuerzo por recuperar el río Hudson, de Nueva York; hasta ser recluido en prisión durante un mes en el 2001 por protestar en contra de la ejecución de ejercicios con bombas por parte de la Marina estadounidense en la isla puertorriqueña de Vieques (con ese nombre, de hecho, llegó a bautizar a uno de sus seis hijos).
“Toda mi vida me he apasionado por el medio ambiente. Y eso, en parte, también se lo debo a mi padre, quien nos motivó a vivir al aire libre. Con él íbamos a acampar y a surcar los grandes ríos norteamericanos en las vacaciones. Yo siempre estaba metido en el bosque o jugando con animales. Así, cuando tuve ocho años, le envíe una carta a mi tío, el presidente John F. Kennedy, contándole que quería escribir un libro sobre la contaminación. Él me llevó a la Casa Blanca y coordinó para que me reuniera con expertos y autores que pudieran enseñarme sobre el tema. En agradecimiento, le regalé una salamandra”, recuerda.
El abogado, quien arribó al Perú acompañado de su esposa, la actriz Cheryl Hines, no pudo reunirse esta vez para hablar sobre el Marañón con el presidente Pedro Pablo Kuczynski, pero sí con la ministra de Ambiente y el titular de Energía y Minas. También conversó con el primer ministro Fernando Zavala. En ningún caso perdió la oportunidad de elogiar el trabajo de Marañón Waterkeeper, el socio peruano de Waterkeeper Alliance. La organización local es coordinada por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
“Es necesario mejorar la legislación peruana en torno a ese tema. El Perú tiene una gran oportunidad, pues el gobierno actual está encabezado por economistas. Se podría revisar con detenimiento los proyectos de las represas porque serán realmente nocivas para el río. Este país posee hoy una gran cantidad de energía, no necesita removerla en los próximos cinco años. En cambio, se debería aprovechar el gigantesco poseen en cuanto a energías renovables a través del uso de los vientos y los rayos del sol”, explica.
Político de sangre
Además de conversar sobre la pasión verde que lo tiene viajando por todo el mundo, resulta inevitable dialogar con Bobby Kennedy Jr. sobre política. El ser parte de una de las más emblemáticas familias estadounidenses, célebre por su activa participación en la vida política del país desde la mitad del siglo XX, no puede eximirlo de ello. En el pasado, de hecho, trabajó para las campañas de u otro tío, Edward “Ted” Kennedy y de Al Gore y John Kerry.
“Hoy yo hago mucha política con mi trabajo como abogado ambientalista. ¿Si he querido postular a cargos públicos? Sí, me interesó algún tiempo, pero no se dieron las condiciones. Y cuando las hubo, ya estaba pendiente de otras cosas. No me preocupa incursionar de esa manera en el futuro. Estoy muy comprometido con lo que hago en este momento”, comenta.
Bobby Kennedy desea dejar su propia huella en el mundo y ya planea retornar al Perú el próximo año. Quiere navegar el Marañón durante semanas con sus hijos. “Eso está en las primeras líneas de mi bucket list (lista de pendientes). Vaya que lo espero con ansias”, afirma.
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9/10/2016