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Tulio Chapilliquén: conocido pescador y emprendedor turístico de Lobitos perdió su embarcación en el último oleaje. Necesita ayuda.

Mi opinión

A los Chapilliquen, del barrio Primavera, en Lobitos, los conocí en febrero del 2023 gracias a una invitación de Aldo Durand, a la cabeza entonces de un interesante proyecto impulsado por Profonanpe que intentaba complementar la propuesta de mar y playas en Talara con actividades vivenciales. La idea de la iniciativa era clara: diversificar el producto turístico en un sector del destino norte relegado por el desarrollo del tridente Vichayito-Las Pocitas-Máncora al tiempo que se generaban actividades económicas que les dieran a las familias de pescadores principalmente un respiro para paliar la crisis que azota al sector.

Recuerdo que salimos de pesca en la embarcación de Tulio Chapilliquen, el líder de la empresa familiar Lobitos Ocean Adventure, en compañía de su hermano Jorge y Evert, uno de sus hijos. La faena ese día fue buenísima, levantamos decenas de cabrillas y un mero que se convirtieron en un suculento ceviche a bordo y en un sudado de proporciones que devoramos en su casa del barrio de pescadores. Allí nos esperaba Sara, su esposa, el resto de su numerosa prole y la esposa del mayor de sus vástagos, la excepcional y muy reconocida artista plástica Milagros Chapilliquen.

En mi libreta de apuntes anoté lo siguiente: “La propuesta de turismo vivencial de los Chapilliquen es potente por donde se le mire: a sus clientes les ofrecen una posibilidad de un paseo en bote de muy buena calidad y una faena de pesca tradicional en el mar de Lobitos de primera y luego, como plato de fondo, una comilona en una típica finca de pescadores cuyos anfitriones derrochan muchísimo swing y tienen miles de historias por contar”.

Bueno, todo lo que venían haciendo como colectivo familiar desde por lo menos el 97 se derrumbó hace unos días de sopetón, la furia del mar destrozó la embarcación que con tanto esfuerzo habían construido y a empezar de cero. Tremendo, la ilusión de salir de las estrecheces económicas y crear puestos de trabajo mejor remunerados se hizo añicos. El mar, el mar, el mar, el furibundo mar y, también, la inusitada confianza suya y de los demás damnificados de Lobitos, Cabo Blanco y El Ñuro que a pesar de las advertencias que se dieron no vararon sus naves, lanzó por la borda todo lo andado.
Tulio, recio como buen pescador, lo ha manifestado en sus redes sociales: “No importa, comenzaré de nuevo”. Estoy seguro de que así será, es obstinado y sabe lo que quiere; ojalá puedan visitar sus redes, allí el patrón de la embarcación siniestrada cuenta lo sucedido y lanza los planes que se han propuesto para continuar soñando. Hay que apoyarlos, lo merecen.


Tomado de El Tiempo de Piura

Tulio Chapilliquén, un conocido pescador del distrito de Lobitos, pionero en la actividad de la pesca vivencial, perdió su embarcación durante el último oleaje que azotó el litoral norte.

En sus redes sociales, don Tulio cuenta que fue uno de los pescadores afectados por el terrible oleaje anómalo que se registró en las playas de Piura.

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Recién el último día del año, este hombre del mar pudo recuperar la mitad de la embarcación que perdió y que con tanto esfuerzo había adquirido junto a toda su familia para ofrecer el servicio turístico de pesca vivencial.

«Acabando el año he recuperado la mitad de mi embarcación, me duele un poco, pero las cosas materiales se recuperan. Este fue un esfuerzo que hice con mi familia y espero más adelante volver a reconstruir esta embarcación y hacer lo que siempre hacía y esta pesca vivencial con toda la gente que venia a conocer Lobitos». indicó el pescador.

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En el 2023, diario El Tiempo pudo conocer la historia de Tulio, junto a otros pescadores emprendedores de El Ñuro y Cabo Blanco, quienes vieron el turismo vivencial como otra forma de generar ingresos para su familia.

En el reportaje, don Tulio Chapilliquén nos contó que su emprendimiento familiar inició con el afán de ofrecerle al turista una nueva forma de conocer su trabajo como pescador artesanal.

En esta actividad turística, salen desde muy temprano, del muelle de Lobitos, y en medio del océano el turista aprende técnicas de pesca que solo conocen los hombres del mar de este distrito.

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La pesca es respetuosa, pues cuando el pez no cumple la talla es regresado al mar y para coronar la experiencia se prepara el ceviche más fresco del mundo con la pesca del día.

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Esta es una de las actividades de turismo vivencial que ocurren en la región Piura y que hoy se ven afectadas por los oleajes anómalos que se presentaron en la región.

Don Tulio espera que los turistas no dejen de visitar el distrito de Lobitos para poder reactivar la economía local y así ayudar a todos los pescadores que lo han perdido todo.

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