Mi opinión
El Mirador Pico de Hoz, en Pilcopata, progresista distrito de la provincia cusqueña de Kosñipata, en la Reserva de Biosfera del Manu, es un emprendimiento familiar que permite a los viajeros avistar algunas de las aves más maravillosas del planeta. Gabriel Herrera, director de la revista Viajeros, es un visitante frecuente del mágico jardín en uno de los paisajes más extraordinarios del bosque nuboso del suroriente peruano. El siguiente es el relato que Gabo publicó hace unas semanas en el especial que le dedicamos al Parque Nacional de Manu por su cincuenta aniversario.
Gabriel Herrera para la revista Viajeros. Fotos Yonatan Puma
Yonatan Puma y Ada Túpac Yupanqui son una joven pareja que hace pocos años decidió conservar el terreno de siete hectáreas que poseen a tiro de piedra de Pilcopata y convertirlo en un mirador de fauna silvestre. Un parador para los amantes de las aves y la flora amazónica que con mayor frecuencia visitan la parte baja del valle de Kosñipata, la mágica región donde la selva de montaña da paso a la gran llanura amazónica.
“Nosotros nos dedicamos a la recuperación y la conservación de nuestro bosque”, cuenta Yonatan, quien proviene de las filas de Conservación Amazónica, donde dice que aprendió a valorar la naturaleza y los servicios que provee. “Así que, junto con Ada, mi esposa, decidimos abrir el mirador Pico de Hoz, el nombre de una de las aves más reconocidas que se pueden ver aquí”, cuenta.
“En nuestro mirador se puede hacer muchas cosas”, prosigue, una mujer imparable, que parece multiplicarse cuando de atender a los visitantes se trata. “Nuestro principal atractivo es el jardín de colibríes, pero también contamos con una laguna artificial donde los viajeros pueden remar en balsas de topa y observar garzas blancas y otras aves de orilla. También tenemos senderos para observar flores como orquídeas y un mirador natural desde donde se puede ver la formación del río Madre de Dios”.
Aves del paraíso
La experiencia de avistamiento en el Mirador Pico de Hoz es realmente sorprendente. En una mañana regular es posible observar hasta 12 especies, pero el recuento crece ostensiblemente si la visita se realiza entre mayo y julio, tiempo en el que pueden registrarse hasta 25 especies. “Durante el año”, cuenta Yonatan, “nos visitan 35 especies de colibríes, pero además podemos ver otras especies de aves como shanshos, y mamíferos como el mono ardilla, que es un visitante frecuente del mirador”.
Yonatan da cuenta que han tenido la suerte de registrar una especie nueva para el Perú en el mirador, el colibrí de garganta blanca, un ave que habita el noreste de Argentina, y el sur de Brasil, Paraguay y Uruguay. Según los especialistas consultados se trataría de un individuo divagante, que habría llegado hasta los jardines de Pico de Hoz a causa de cambios en el clima.
Especies como el colibrí de cresta rufa, la esmeralda de cola azul, el colibrí de nuca blanca, el brillante colibrí de pico largo, y el elusivo colibrí pico de hoz son algunas de las especies siempre presentes en estos jardines, diseñados con tesón por esta pareja de emprendedores para atraer turistas.
Este parador para naturalistas también brinda la oportunidad de observar de cerca al majestuoso cóndor de la selva o buitre real. Una de las aves más representativas de los llanos amazónicos y también una de las más difíciles de observar.
Ada y Yonatan esperan a los viajeros con cariño y dedicación, siempre dispuestos a mostrar las bondades de su jardín emplumado.
¿Cómo llegar?
El mirador Pico de Hoz está ubicado en el km 2 de la carretera Pilcopata-Salvación, la ruta de ingreso al Parque Nacional del Manu. Se requiere 10 minutos de caminata (la ruta es segura) o 5 minutos en mototaxi. El mirador da servicio de alimentación previa coordinación.
T. 945 832 523
yonatanpumaaucapina@gmail.com