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Roger Valencia: “Hay quienes siguen creyendo que una huelga va a solucionar los verdaderos problemas de la región”.

Mi opinión

Esta semana la región Cusco fue nuevamente escenario de confrontaciones, tomas de carreteras y desbandes sociales que amenazaron por tirar por la borda el esfuerzo de la sociedad civil y el Estado por posicionar nuestro destino de bandera en los competitivos mercados internacionales. Para variar, empresarios grandes y pequeños fueron los más afectados y las pérdidas económicas volvieron a sumar cifras de espanto. Roger Valencia, conocido empresario cusqueño y director de la combativa Cámara Regional de Turismo del Cusco, se pronuncia al respecto.


¿Qué comentarios le suscita el ingreso de nuevos operadores en la ruta Cusco Machu Picchu?
Como operadores de turismo en el Cusco sabemos que el que existan dos o tres operadores más no resuelve el problema fundamental de Machu Picchu que es el de ser un circuito imperfecto. En la Cámara lo hemos denominado como un falso circuito, porque en teoría existe lo que se llama un punto de entrada y un punto de salida. En Machu Picchu tenemos un solo punto que sirve de entrada y de salida y se llama Aguas Calientes, con la subida de los buses y la salida desde Ollantaytambo.

Para generar un circuito virtuoso habría que salir o entrar por otros lugares sean estos Santa Teresa o Quillabamba, por ejemplo la carretera Santa Teresa–Mollepata, que venimos gestionando en la Cámara desde hace mucho tiempo. Esto sí le va a permitir un cambio de protocolo de visita a Machu Picchu, y una ampliación del espacio que se visita de 4.5 hectáreas que es hoy día, a más de 32 hectáreas del parque nacional.

El otro comentario, es decirle que este año ha sido un año difícil y coincido con las opiniones de que no estamos compitiendo entre operadores en la ciudad del Cusco, sino con otros destinos, como son México, Egipto. Cusco, como destino turístico en su conjunto, tiene que buscar ser más eficiente en esta competencia y por tanto no dispararnos nosotros mismos al pie, agrediendo a nuestros turistas con huelgas, paros y protestas sociales, ciertas o no ciertas, con motivo o sin motivo, pero que nos han debilitado muchísimo en este último año.

¿Cuáles son los principales problemas del sector?
Cada empresa tiene sus propios problemas operativos, pero lo esencial es el destino turístico Cusco, como uno de los atractivos mayores de toda la costa del Pacífico sur. Así todos, tour-operadores, transportistas, hoteleros, restauranteros, somos una unidad que debe mirar los problemas de la ciudad: la contaminación y el cuidado del medio ambiente, el poco control del tráfico, la inseguridad y los asaltos. El Cusco, para competir con otros destinos turísticos, tiene que resolver uno a uno estos aspectos, siendo quizás el más problemático el social, porque hay personas que creen que una huelga o un paro solucionan los problemas, cuando en realidad traen más problemas.

¿Los empresarios del sector se están profesionalizando, están mejorando en calidad, por ejemplo?
Sí creo que hay indicios muy interesantes, hay empresas cusqueñas de segunda generación, que han trascendido a sus iniciadores, y también es muy claro para muchos empresarios que las alianzas estratégicas son los mecanismos por los cuales las empresas cusqueñas pueden competir mejor. Y ahora estamos comenzando a contar un cuento interesante, un grupo de empresarios cusqueños hemos decidido también, como parte de la expansión de nuestra empresa, invertir por ejemplo, en Lima, donde acabamos de abrir un restaurante que se llama El Sacha. Ya no es el cusqueño que va a Lima a buscar trabajo, sino es el empresario cusqueño que hace empresa en Lima. Lo han hecho ya muchos cusqueños que nos han precedido, pero no lo habíamos hecho en hotelería o restaurantes y lo estamos haciendo.

¿Una conquista de la capital? ¿No será una conquista apresurada cuando no hemos terminado de consolidar la empresa turística en el Cusco?
Es cierto, podemos preguntarnos si las empresas cusqueñas están maduras o no, pero esto habría que estudiarlo en cada caso. Su consolidación se dará en la medida que los gremios y las instituciones que han venido trabajando en los últimos años, continúen este trabajo. Pero individualmente, muchas empresas están tomando estos pasos de salir, porque su propio desarrollo empresarial se los permite. Por ejemplo, vemos con mucho gusto la gestión empresarial de los Añaños que salieron de Ayacucho, luego fueron a Lima y ahora son internacionales; así como el espíritu emprendedor de los Oviedo, que salieron de Cusco y se fueron a Puerto Maldonado, hacia el Brasil y luego han vuelto al Perú, a través de inversiones en supermercados, y muchos otros grupos cusqueños que han ido madurando, siguiendo sus propios procesos empresariales.

¿Cuál es la posición de la Cartuc al respecto?
Hace bastante tiempo la Cartuc ha estado empujando los procesos de profesionalización y capacitación, así como estos procesos de búsqueda de nuevos mercados y alianzas estratégicas con otros operadores de segmentos fuera de Cusco. Esto gremialmente, pero individualmente hay muchas empresas que ya han dado el salto y están adelante.

¿Esta última crisis qué ha revelado de los empresarios y el gremio? ¿Qué fortalezas tienen y cuáles son sus debilidades?
La primera debilidad es que todavía no nos estamos comunicando con nuestra sociedad de manera eficiente, a pesar de que la gran mayoría de las personas en el Cusco entiende que el turismo es una de las actividades más importantes de la economía local. No se dan cuenta de que las actitudes en varias áreas en contra del turismo, como los bloqueos (el de la vía a Sicuani duró nada menos que 17 días, una barbaridad). Este tipo de cosas afecta a la ciudadanía en su conjunto, no solo a los empresarios del turismo, y muestra una debilidad de los gremios empresariales y de la sociedad en su conjunto.
El siguiente punto que debemos comentar es el de una sociedad aún reticente a los cambios, que no ve los cambios con optimismo, con apertura. Cualquier cambio que se sucede en nuestra sociedad es visto con suspicacia, y esto por una tradición muy larga en la que las decisiones se tomaban fuera del Cusco, y lamentablemente una sociedad que no cambia, no tiene posibilidades en el siglo XXI. Ahora las sociedades tienen que cambiar a la velocidad que sea necesaria para que se adapte a nuevas realidades del ámbito social, económico, empresarial.

La tercera lección es la falta de un entendimiento de los cambios que se dan en el mundo. Para muchos cusqueños el responsable de la falta de trabajo, de la falta de todas estas cosas es alguien más, no es uno mismo. Yo creo que, con todas las limitaciones que existen, hay ejemplos muy buenos en Cusco de personas que tomaron las oportunidades que se les presentaron en su ciudad para poder crear tanto empresas, como manifestaciones propias que son ahora ejemplos para nuestra ciudad. Sin embargo, y ese es otro gran problema, la prensa se dedica a mostrar lo peor de nuestra sociedad, y no los éxitos, y nos muestra a una sociedad que es mezquina para darle el reconocimiento a quienes logran algo. Cienciano nos mostró un buen camino, nos dijo: “sí se puede” en su momento; creo que hay muchas personas que lo han hecho en el ámbito empresarial, pero esta conciencia de que “sí se puede” no es parte de nuestro léxico diario, no es parte de nuestra mentalidad.

¿Y qué debería hacerse y por parte de quiénes, para que esta mentalidad cambie?
Creo que todos nosotros, a través de nuestra escuelas y colegios, debemos enseñarles a nuestros niños, a no tener miedo a equivocarse, a que uno se puede equivocar una y mil veces, pero tiene que volverlo a intentarlo, y que no debe sacar la mejor nota quien se aprendió la lección de memoria, sino quien entendió el contenido de la misma.

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