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Javier Reverte: «Me gustaría ser Ulises y que Homero cantara mis hazañas».

Mi opinión

Desde el pasado 8 de abril está en las librerías (de España) el nuevo libro de Javier Reverte, «En mares salvajes. Un viaje al Ártico». Los lectores deviajesalpasado.com han tenido la oportunidad de enviar sus preguntas al maestro de la literatura viajera. Esta entrevista online es la respuesta a sus inquietudes.


Elena Minguez: ¿Por qué el Artico?

Porque siempre me han fascinado las historias de la exploración en esas regiones y porque es muy difícil ir. A mi gusta ir a los sitios en donde se forjaron leyendas, igual que a otros les gusta ir a al Vaticano o a la Meca. Soy un mitómano dela historia y de la literatura, amiga Elena.

Carlos Iglesias: Sr. Reverte, ha dicho a propósito de su viaje al Ártico que este territorio es el más duro y el menos explorado de la tierra. Yo pienso que es el segundo, detrás de la Antártida. ¿No ha pensado en hacer algún viaje al sexto continente?
Ya he estado cerca, en el cabo de Hornos, y la verdad es que me gustaría ir más tiempo. Pero escribir, no creo. Se ha escrito mucho sobre la Antártida; en cambio, del Ártico, muy poco.

Juan Ignacio Sánchez: Sr. Reverte, aunque infinitamente menos que usted, he acumulado alguna experiencia viajera. Últimamente, sin embargo, he desarrollado una cierta sensación de hastío por la dinámica de llegar a los sitios y, sin prácticamente haber tenido tiempo más que de tocar en superficie la forma de vida de ese lugar, tener que partir… ¿Cómo hace usted para enfrentarse a eso? ¿Cómo se tienen fuerzas para pasar por sitios, usted habrá visto miles, ver tantas y tantas necesidades, y seguir adelante sabiendo que quizá nunca vuelva por ahí?

Bueno, soy algo fatalista. Y tengo asumido que la vida es corta y el mundo largo. Lo que a usted le produce hastío, a mí me produce melancolía. Pero no por eso voy a dejar de viajar y escribir. Sería como no disfrutar la vida por tener la certeza de que vas a morir. Pero me parece que es usted joven… ¿no? Aproveche y goce de la belleza del mundo, es un privilegio

Natalia Muri: ¿Cuál es el viaje, elija uno, que le queda por hacer?

La Luna. Pero no creo que me lo pague mi editorial. Así que, en el camino, me esperan México, Mongolia, Filipinas, el Oeste americano, Bolivia, el Yang-T sé… Mientras haya mundo y piernas, hay camino, amiga Natalia.

Ignacio Gayo: ¿Corre peligro el Ártico de convertirse en el estercolero del planeta si no lo es ya?

Claro que corre el peligro de serlo, aunque todavía no lo es. El deshielo traerá barcos, gentes, mercancías, contaminación y basuras… Inevitable si no le ponemos rápido remedio al asunto. Pero no es fácil: hay demasiado petróleo por allí arriba.

Edu: Sea políticamente incorrecto, ¿qué país o gentes no le han gustado nada?

Los europeos del centro del continente me aburren y, por lo general, son egoístas; y me gustan poco los españoles, yo incluido, por su informalidad y la arrogancia que muestran -o mostramos, si lo prefiere- en la ignorancia. ¿No oye las tertulias? Es un género periodístico genuinamente español, por ahí fuera no existe.

Manuel Vergara: Javier, de todos tus libros, leídos casi en su totalidad, hay un sinfín de destinos, de latitudes, de etnias…….no quiero ponerte en el envite de que tengas que elegir…..alguien seguro que te mal entendería…..pero si tuvieras que elegir entre la experiencia del río Congo o esta última ártica, ¿Cuál repetirías antes ? Yo hice ambas y quiero rehacerlas…

El Ártico, sin duda. Porque en el Congo casi me matan y cualquiera que vaya por allí corre peligro de morir. ¿No te pasó a ti?. No pienso volver.

Belén Modrego: ¿Viaja buscando algo o huyendo de algo?

Busco conocer cosas nuevas y huyo del aburrimiento que me produce lo conocido. ¿Te parece bien, Belén?

A. M. T.: ¿Seguiría viajando si no pudiese plasmar por escrito sus impresiones?

Creo que no, porque mi primer placer es escribir. Pero nunca se sabe…

Fernando Álvarez Olano: ¿Crees que la gente que lee tus libros de viajes lo hace en parte para evadirse del mundo real y trasladarse a parajes increíbles?

Hay de todo, supongo. Los lectores que he conocido me hablan de que viajan conmigo sin necesitar moverse, de que usan mis libros como una suerte de guías al viajar…, etc. No puedo darte una respuesta general, la verdad.

Óscar Charneco: ¿Hay algún lugar donde no volvería?

A varios: no me gustaron Viena, Heraklion, Abidjan, Guinea Ecuatorial (ex-española)…

Edurne Etxeberria: ¿Cómo lleva su familia sus prolongadas ausencias? En su caso, ¿a quién habría que «hacer un monumento» por esa maravillosa libertad de la que disfruta en sus viajes?

Solo amo a la gente que me deja libre, de modo que quienes me quieren entienden mis prolongadas ausencias a la perfección. Si alguien me atara, me desataría y no volvería jamás, puede estar seguro. Yo solo concibo el amor en libertad.

María Rodríguez: ¿En qué parte del planeta se ha sentido más libre?
Quizás en Canadá, en los bosques del Yukón, en donde no había otros seres humanos en más de cien kilómetros a la redonda.

Pedro Manzano: ¿cuál es el la diferencia entre un libro de viajes y un diario de viajes?

Un libro de viajes debe de tener una estructura literaria, como lo tiene una novela, aunque en este caso hable de la realidad, y para que sea bueno debe de hacerlo un buen escritor. Un diario lo puede hacer cualquiera. Pero si es bueno, puede convertirse en una buena pieza literaria. La literatura no está en lo que se cuenta, sino en la forma en que se cuenta.

Lorena Lobato: ¿Algún mensaje para Dimitris?

Pues dele un gran abrazo de mi parte. Seguro que le invita a un vino y, si es guapa como imagino, igual le propone matrimonio, Lorena. Es un don juan.

Ander Murillo: Usted también es novelista y ha publicado poesía ¿Cree que sus libros de viajes eclipsan esa parte no tan conocida de su obra?

Yo creo que la complementan. Lo que ocurre es que tienen mayor audiencia entre los lectores.En todo caso, son tres géneros estupendos que me encanta practicar.

Paco Delgado: ¿De dónde le viene ese amor por el mar?
Quizás por el hecho de haber tenido la desgracia de nacer tierra adentro. En todo caso, el mar me produce una sensación enorme de libertad, de mundo sin paredes ni límites… Creo que me hace sentirme vivo.

Isabel: ¿Qué libro le hubiese gustado escribir?
La Odisea. O mejor: ser Ulises y que Homero cantara mis hazañas.

Martín García Revilla: En España, como decía Larra, ¿escribir sigue siendo llorar?
No tanto como era. Los escritores, ahora, podemos vivir de esto, aunque seamos muy pocos. De todas maneras, seguimos maltratados. Yo creo que los poderosos nos consideran idiotas. Y España, en particular, quiere muy poco a sus escritores. Me llevaría tiempo explicarle todo esto.

Alicia: A estas alturas de su vida ¿siente más nostalgia de los lugares que ha visitado o de los que le quedan por visitar?

Tengo nostalgia, sobre todo, de lo que no conozco. Y las alturas de mi vida…, bueno, tengo unos cuantos tacos, pero aún me siento un hombre joven. Viajar supone, en cierto modo, quitarle espacio a la vejez.

Javier H.: «Las heridas infligidas a la belleza, como las del amor, nunca se acaban de curar del todo», ha escrito en VaP. ¿Y las que va dejando la literatura en un país tan cainita como España?

España sigue doliendo, tienes razón, tocayo. Y ésa es una buena razón para irse de vez en cuando. Yo me iría para siempre, la verdad, si no me ataran mi familia y mis amigos. Hay países mejores que el nuestro, no lo dudes, y algunos aquí al lado. Nosotros hemos sido educados, entre otras cosas, en la envidia.

Saludos a todos y gracias.

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