Mi opinión
Más allá de los arrestos comunicacionales del gobierno central y las fotos de los ministros en el territorio lunar dejado por los infractores en La Pampa, el new deal del gobierno del presidente Vizcarra sigue siendo un enigma para los maldonadinos. Desde hace unos días vengo hablando largo con Rodolfo Mancilla, abogado ambientalista, sobre este tema.
Han pasado cinco semanas desde que se inició el promocionado Operativo Mercurio 2019, la iniciativa del Ejecutivo para acabar con el accionar delictivo de la minería ilegal en el sector de La Pampa, distrito de Inambari, Madre de Dios; pero de la publicitada reconversión productiva en los distritos intervenidos anunciada con bombos y platillos por el presidente Vizcarra y sus ministros “no se oye, padre”.
Le pregunto al abogado Rodolfo Mancilla, especialista en temas ambientales por la Universidad Católica Santa María de Arequipa y miembro de la Comisión Mundial sobre Derecho Ambiental de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sobre esta aparente inacción. Mancilla durante su paso por el Consultorio Jurídico Gratuito de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental asesoró a los concesionarios forestales asediados por mineros y taladores ilegales en la zona que se quiere recuperar de la subversión.
“Pensaron que iba a ser una tarea fácil y como ves esto no se soluciona plantando shihuahuacos como había propuesto la anterior ministra. En Madre de Dios el delito ha adquirido otras dimensiones y hay que abordarlo desde la comprensión de que tenemos que enfrentarnos a una criminalidad organizada difícil de extirpar. Y eso excede a las buenas intenciones de los burócratas y a sus deseos productivos”.
Le pregunto también por las acciones que viene ejecutando el gobierno para erradicar la minería ilegal en La Pampa.
Mancilla me responde al vuelo, sabe: “Se trata del operativo mejor planteado hasta la fecha, debo reconocerlo, aun así, debemos seguir revisando sus alcances. A mi entender no deberían iniciarse las actividades productivas y de remediación que se están planteando sin el debido ordenamiento territorial de La Pampa y, por consiguiente, del departamento. El desorden que existe en Madre de Dios, alentado históricamente por autoridades venales, ha jugado a favor del crimen organizado”.
«Deberíamos escuchar lo que ha dicho por aquí el maestro Víctor Zambrano», añade.
“¿Y quién debe asumir esa tarea? Para mi, es clarísimo: el Gobierno Regional de Madre de Dios a través de las gerencias respectivas”, concluye.
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Interesante, el abogado tacneño con varios años de residencia en Puerto Maldonado considera que el crimen organizado se hizo fuerte en La Pampa y otras zonas donde el delito campea para contaminar a la región entera. Mancilla, por eso, considera que el abordaje del problema de la minería ilegal en Madre de Dios no debe dejar de tomar en cuenta esta tipificación.
“Es el Ministerio Público el ente encargado de combatir esta modalidad delictiva. Para ello se deben reforzar sus competencias institucionales. Este punto es importante para planear los próximos pasos”.
“Lamentablemente estas dos instituciones –el Gobierno Regional de Madre de Dios y el Ministerio Público- no las tienen todas consigo, añade. O no tienen presupuesto o carecen de personal capacitado. Esto tenemos que modificarlo; si esas dos instituciones no caminan a paso firme, las cosas no van a funcionar”.
No quiero despedirme de Rodolfo Mancilla sin saber qué piensa del trabajo de las fiscalías ambientales. Rodolfo debe sustentar en abril próximo su tesis “Efectividad de la Justicia Ambiental en Madre de Dios”, un trabajo que resume parte de sus andanzas profesionales por el departamento que le permitirá obtener su segunda maestría. “El trabajo de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Madre de Dios [adscrita al Ministerio Público y presente en la región desde el año 2009] es notable a pesar de las limitaciones logísticas y presupuestarias que saltan a la vista. Con decirte que de los once fiscales que integran el equipo de la abogada Karina Garay, seis son provisionales”.
Y todos pasándola mal, corriendo riesgos y los dientes apretados. Mal remunerados y veinticuatro horas de chamba. Verdaderos custodios del orden y defensores ambientales.
Me saco el sombrero por ellos.
«No tenemos, como país, una política criminal ambiental pese a que ya se sabe cómo se desenvuelven los delitos ambientales y la criminalidad conexa; por eso cada fiscal ambiental investiga como mejor puede, o de acuerdo a la experiencia adquirida. Eso no es suficiente,»
«De manera que tenemos que fortalecer al Gobierno Regional y al Ministerio Público para que hagan bien su trabajo. Y hacerlo ya. No hay más tiempo que perder»
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“Apure, Leyva, apure”, clamaba desde Arica, el héroe Bolognesi al constatar la inacción del ejército acantonado en Arequipa durante los luctuosos sucesos de la Guerra del Pacífico. Lo debe saber muy bien este abogado inquieto que se ha venido moviendo en los últimos años entre Tacna, Arequipa y Madre de Dios.
Apure, Vizcarra, apure, no me lo dijo Rodolfo Mancilla pero no sé por qué me quedé pensando que me hubiera dicho eso si se lo preguntaba.