Mi opinión
Les paso esta entrevista a Alfredo Ferreyros, fundador y líder de Explorandes, la empresa pionera del turismo de aventura en nuestro país. Tuve el honor de coincidir con él hace unos días en las proximidades del mítico Km. 82 de la vía férrea a Machu Picchu, el punto de inicio del maravilloso Inca Trail.
Alfredo es uno de los peruanos que más conoce los senderos para caminar que existen en las cordilleras más emblemáticas de nuestro interminable territorio. Su contribución al desarrollo del turismo en el Perú es inmensa. Por ello, escuchar sus puntos de vista sobre la actividad resulta una obligación.
Las notas que les dejo se las acaba de dar a la revista Oxígeno en el contexto del Adventure Week Perú, el workshop promovido por Adventure Travel Trade Association que tuvo este año su sede en Huaraz.
A principios de los años setenta, el turismo de trekking era aún inexistente en Perú. Cuesta creerlo para cualquiera que haya comprobado el creciente número de viajeros y caminantes que recorren el famoso Camino Inca hasta Machu Picchu. Pero lo cierto es que, como en todo, tuvo que haber un precursor que tuviese la idea y la llevase a cabo. Y en este caso, se trata de Alfredo Ferreyros, considerado el padre del Inca Trail y del turismo de aventura en Perú.
Alfredo es el jefe detrás de la compañía de turismo de aventura más famosa de Perú. Su trayectoria al frente de Explorandes comenzó explorando los alrededores de Cusco en una época que, como decíamos, no existía el turismo montañero en la zona. Se convirtió en la primera persona en guiar a un grupo de turistas internacionales en el Inca Trail, para seguir después reconociendo y desarrollando rutas en caminos y ríos de Perú. Un pionero que además ha aprovechado el turismo de aventura para desarrollar económicamente y proteger la naturaleza en las zonas en las que opera, así como promover las tradiciones y culturas de Perú como atractivos turísticos para viajeros de todo el planeta.
Nos reunimos con Alfredo en el salón del Hotel Andino de Huaraz, después de una presentación en el marco de AdventureWeek Perú, promovida por la Adventure Travel Trade Association.
Sabemos que eres un pionero del turismo de aventura en Perú. Cuéntanos cómo empezó todo.
Nosotros éramos una familia que tenía hacienda en el norte del Perú y en el año 1968 con la ley de reforma agraria nos expropiaron la hacienda y ya no pude regresar al norte. Había estudiado agricultura y decidí viajar al sur para encontrar qué hacer, un poco para encontrarme a mí mismo.
Así que con 23 años llegué a Cusco y me enamoré de la ciudad. Me asenté y empecé a caminar por las montañas. Yo ya había hecho caminatas por los Alpes antes y decidí explorar un poco los alrededores de Cusco. Y en esa época, hablo del año 1973, nadie caminaba… me decía la gente” ¿pero cómo vas a traer turistas a caminar? Eso es un tema de indios. Los gringos no van a caminar”. Pero yo persistí. Exploré rutas. Abrí itinerarios… y comencé a contactar con compañías –por correo postal en esa época- y así fue que recalé con una empresa alemana, Hauser-Exkursionen, fundada por el señor Hauser que había estado en el Perú y fue parte de la primera ascensión en el 57 al Alpamayo, y se entusiasmó en ofrecer varios itinerarios nuestros a sus clientes, y así empezó básicamente el turismo de trekking en la zona.
Y luego me fui expandiendo poco a poco al canotaje y las bicicletas de montaña pero de un modo bastante selectivo. Y así me fui metiendo en este mundo del turismo de aventura, hasta que un cliente americano me invitó a Nepal en el año 79 para que viese cómo se operaba un trekking allí. Pasé tres meses conociendo distintas rutas, la forma de operar, los equipos necesarios, la forma de trabajar y me traje todo ese conocimiento al Perú y lo mejoré. Digo que lo mejoré porque Perú es un país más industrializado que Nepal y tenemos más variedad y selección de alimentos. Y nuestra gastronomía en este tiempo se ha vuelto famosa, pero además hemos aprendido a sofisticar los preparativos en camino y por eso nos hicimos conocidos. De hecho lo que nos hizo más famoso entre los caminantes en los años setenta era nuestra sopa de verduras… Así que me metí en este tema y aquí me he quedado 44 años. Y sí, fuimos la primera empresa que opera
Supongo que el Camino Inca ha cambiado un poco desde entonces…
Sí, por supuesto. Habían ido grupos antes pero eran guías con turistas en grupos individuales, pero no de una forma digamos empresarial. Nosotros nos organizamos, capacitamos a la gente, a los cocineros, usamos a porteadores de comunidades aledañas y así fuimos organizándolo. Y luego ya poco a poco fue creciendo el mercado: al segundo año de empezar a operar ya tenía tres competidores y ahora son cientos.
¿Qué es lo que hace de Perú un país fuerte como destino de turismo de aventura?
Es una pregunta compleja de responder. Yo creo que uno de los errores que ha cometido el Estado es la falta de promoción de lo que somos. Porque nosotros tenemos 85 zonas de vida en Perú, de las 110 distintas que hay en el mundo, tenemos todo tipo de entornos naturales –mar, montañas, desiertos, selvas- y podemos ofrecer por tanto actividades muy variadas. Aparte de los atractivos culturales, ya que es un país milenario, uno de los centros de desarrollo de la civilización humana.
Tenemos mucho que mostrar en lo histórico, lo natural… y hay que aprovechar a engarzarlo con el hecho de que a la gente cada vez le gustan más las vacaciones activas, ya pasó la época en que la gente quería viajar sentada en un bus. La gente quiere variedad, contactos con culturas locales… y creo que una cosa que nos diferencia es la autenticidad. De hecho hace unos cinco años premiaron al Perú como “País más auténtico” del mundo, ya que quedan muchas tradiciones, que además se siguen valorando y practicando, y lo podemos mostrar de una forma digamos natural, sin convertirlo en un atractivo turístico artificial.
Aquí donde estamos, me da la sensación de que la Cordillera Blanca todavía tiene potencial por desarrollar ¿no crees?
Lo que pasa es que de alguna forma Cordillera Blanca se ha hecho famosa en la comunidad de escaladores. Parece que se ha hecho famosa si vas a escalar, y lo que tenemos que hacer es que suene también en la comunidad de trekkers. Porque los paisajes y las zonas que uno atraviesa son magníficos y se presta mucho para las largas caminatas y además no es un destino masificado.
Y quizás eso sea también un punto a favor…
Claro, y eso es justamente lo que tratamos también de promocionar. Porque hay zonas en las que no ves a nadie en muchos kilómetros a la redonda. Y eso ocurre en muy pocos lugares, sobre todo con la riqueza natural que tenemos aquí en el Parque Nacional Huascarán. Hay mucho por descubrir, por desarrollar, pero obviamente uno de los impedimentos es que en esta zona hace veinte años hubo un boom de la minería y mucha gente por ello dejó de trabajar en el turismo, porque en las minas se gana más dinero. Y se ha perdido una generación de trabajadores de turismo, y ahora recién se está retomando con gente que se interesa por la actividad porque la minería se está acabando… Hay bastante por hacer, y el Estado no ha hecho lo suficiente por promover Ancash, que se ha quedado como huérfano de apoyo, no se ha sabido tener una estrategia específica para fomentar el turismo de aventura, que es la riqueza de la zona.
Yo fui presidente de la Asociación Peruana de Turismo de Aventura(APTAE), y a través de ella logramos que Prom Perú presupuestara esta actividad, que es por ello que estamos aquí este grupo de agencias, operadores y medios especializados en turismo de aventura. Ojala este tipo de eventos provoque más interés en esta zona. Porque es una zona muy linda, y no está tan lejos; aunque es fundamental que vuelva a haber conexiones aéreas, sobre todo con Lima y Cusco.
¿Cómo ha cambiado el cliente desde los años 70 hasta ahora?
Yo diría que antes teníamos un núcleo duro de clientes más dispuesto a lanzarse a lo desconocido, asumir consecuencias… y además tenían curiosamente mucho más tiempo. Ahora es difícil vender un trekking que dure más de cinco o seis días. Si acaso programas combinados, pero ya treks de diez días se hace complicado, y eso creo que es un cambio. La gente joven de hoy en día ya tuvo experiencias con mountain bike, kayak, etc. y quieren unas vacaciones más variadas, no quieren sólo tres días de caminata. Se ha vuelto más difícil vender viajes en los que sólo vas a caminar. Por eso están tan de moda los viajes multi actividad, lo que nos da una ventaja competitiva porque podemos ofrecer todo tipo de actividades.
Como ya he dicho falta un punto de promoción, organizar a los tour operadores, reglamentar… nosotros en APTAE estamos tratando de regular todo un poco más, y creo que para el año que viene ya van a exigir que todos los operadores del Parque Nacional Huascarán hayan firmado un contrato de operación con el SERNANPcomo ya ocurre en Cusco con el Inca Trail.
Para terminar ¿cuál es tú lugar elegido del Perú para desconectar de todo?
No es un lugar en particular, es más una zona de vida: la puna. La cercanía al cielo, los nevados… es un ecosistema en el que me siento cómodo, me relajo… cuando estoy saturado de la ciudad y su gentío me gusta ir allá a ver los cielos estrellados… si es puna, allí me siento bien. Salvo cuando hace un frío tremendo, de noche, sin calefacción…