Mi opinión
Viajar para sentirnos vivos, para ser felices, para aprender y construir un mundo mejor, para re-encontrarnos, En eso, y en algunas cosas más, consiste el credo de Ana Cecilia Sánchez, viajera y enamorada –qué suerte la suya- de lo que hace. Con profesionales como ella, el turismo peruano va a despegar en cualquier momento. Confío en que sea así. Ya nos toca…
Desde niña fui curiosa y me encantaba viajar, salir, moverme, estar en actividad, recuerdo de qué manera me emocionaban los paseos del colegio, los esperaba con ansias, pero no siempre podía participar, algunas veces por economía y otras por el miedo que a mi madre le ocasionaba enviarme fuera de su zona de control y que me pasara algo, claro, como comprenderán esto hizo que crezca más mi ansiedad por salir, por conocer, por descubrir ese mundo que me esperaba allá afuera.
Puedo decir que tengo una familia viajera, aunque irónicamente mi mamá le tenía terror al avión y a los viajes, todos decidimos enrumbarnos en este camino, que ciertamente genera tantas satisfacciones y aprendizajes…cuando vuelves no eres la misma, dejas y traes.
Recuerdo mucho mi primer viaje al extranjero, fue con mi mamá y yo tenía 9 años, mi destino fue Buenos Aires, tuve el privilegio de quedarme 2 meses y vivir una experiencia inolvidable, los viajes en familia ¡son lo máximo!, estando allá conocí calles inmensas y hermosas, aprendí a jugar taco, compartir y conversar en los asados, la pasión por el fútbol, el tango, el hábito de la lectura, la costumbre de tomar mate, mi primera experiencia en el metro y en el tren, y definitivamente lo que más me marcó de las maravillosas personas e historias que me traje.
Una de las primeras aventuras en mi hermoso país, fue mi viaje a Huarochirí, hace ya 7 años, para hacer una investigación de la Universidad, hicimos una caminata larguísima para conocer la catarata de “Antankallo” ubicada en Matucana, la ruta es increíble, paisajes hermosos, casas pintadas con información sobre la zona, personas muy amables; la oferta gastronómica e infraestructura no eran muy buenas, ni habían adecuados hospedajes para quedarse, pero valía la pena volver para seguir recorriendo y maravillándote, de hecho pronto volveré; la anécdota de ese viaje fue que en la mitad del camino a una amiga le faltó el aire y se puso muy mal, recuerdo que me puse nerviosa porque no sabía qué hacer, por suerte nos acompañaba un señor que era de la zona y utilizando sus saberes arrancó unas plantas de por ahí, hizo una mezcla y nos dijo: “Vayan nomás, avancen tranquilos, luego los alcanzamos”, bueno decidimos que uno se quede a acompañarlos y los demás seguíamos para no perder al grupo, no sé cuál fue el secreto, pero luego apareció mi amiga con otro semblante y muy recuperada, el agradecimiento fue enorme, felizmente tenemos una foto del momento.
Otro de los viajes que me marcó fue la primera vez que visité Cusco, fue la semana más increíble de todas, estaba emocionadísima, ansiosa, por fin iba conocer una de las maravillas del mundo, organicé todo, armé mis maletas y me sumergí en el viaje, creo que nunca debemos perder esa capacidad para asombrarnos, para descubrir, para curiosear, preguntarnos el por qué…llegar a MAPI fue definitivamente de las mejores sensaciones que tuve, claro hace algunos años no habían tantas colas y era más fácil, verdaderamente tuve tiempo de disfrute y calidad en mi viaje, creo que todos merecemos esas experiencias en los destinos que visitamos.
Siempre he encontrado buenas excusas para viajar, sobre todo por el tema académico que me encanta tanto, esa mezcla de adquirir conocimientos, compartir experiencias y conocer nuevos destinos me enloquece, he viajado sola y en compañía, y en todas tengo memorias que me alimentan el alma.
Soy afortunada también, de tener un trabajo que me ha permitido viajar y trabajar en los temas que tanto me interesan y apasionan: conservación, uso sostenible de los recursos, fortalecimiento de capacidades, territorio, diálogo, interculturalidad, políticas públicas, proyectos de desarrollo, sostenibilidad, todo esto complementando a mi profesión: Gestión Turística.
Este año tuve el mejor pretexto de todos para salir fuera del país, el “Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo”, mis dos destinos fueron Colombia y Chile, dos experiencias muy enriquecedoras y en donde construí lazos de amistad con viajeros de todo el mundo, viajeros responsables, con ganas inmensas de seguir aprendiendo, motivados y convencidos en hacer este mundo mejor.
Conozco exactamente la mitad de los 24 departamentos de mi Perú, sé que nunca será suficiente y esa idea me fascina, siempre habrá algún lugar por descubrir, siempre habrá un motivo para volver.
Suelo disfrutar todos mis viajes, aprovecho todas las oportunidades que tenga, definitivamente la época que más me gusta es el verano, pues amo la playa, tener la inmensidad del mar cerca y un buen sunset es suficiente para hacerme feliz.
Escribir este artículo me ha teletransportado a todas mis anécdotas, a viajes increíbles, que de hecho no podría describirlos todos en un par de hojas, pero que el solo hecho de recordar me ha robado más de una sonrisa y dejado ganas de seguir siendo ¡más viajera!
Finalmente, yo viajo para compartir, para construir sueños, para conectarme con la naturaleza, para inspirarme, para escuchar, para entender, para seguir conociéndome, para ser feliz y contagiar a los que me rodean…yo viajo para sentirme viva y encontrar mi equilibrio.
Página web: http://sustainable-tourism.webnode.es/
24/10/2017