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Ancestrales campos de waru waru en Puno obtienen importante reconocimiento internacional

Mi opinión

La agricultura en los campos de waru waru, la palabra quechua que describe con precisión el uso de camellones para la siembra en condiciones adversas es una práctica ancestral de uso común en la altiplanicie peruano-boliviana y en otras regiones de Sudamérica. Al utilizar esta particular técnica de cultivo los agricultores de las zonas altas logran controlar los efectos negativos de las continuas heladas que suelen destruir sus cementeras además que les permite el desarrollo de los policultivos que les brindan seguridad alimentaria a sus poblaciones.

Como lo han referido los entendidos en materia agrícola los waru waru de Puno están sirviendo a los campesinos de los bordes del lago Titicaca a paliar los embates de las temporadas de sequía extrema que sufre la región. Estos campos elevados, rodeados de canales de agua que regulan la temperatura, mantienen la humedad e incrementan los nutrientes de suelo, se han convertido en una bendición para las poblaciones locales. Que su utilización se extienda, resulta en estos tiempos de crisis hídrica y cambios en el clima global un imperativo, una obligación que debemos asumir: volver a las tecnologías que utilizaron los pueblos que nos precedieron para perdurar en estas tierras duras y feraces resulta fundamental. La nota que les dejo que acaba de llegar a nuestra mesa de redacción da cuenta de un merecido reconocimiento que una iniciativa internacional le da a nuestros maravillosos waru waru de los Andes más extremos del país. Lo tenemos que celebrar.


World Monuments Fund (WMF) anunció hoy que los campos agrícolas waru waru, ubicados en el altiplano peruano, han sido seleccionados como uno de los cinco sitios que formarán parte de Cultivando la Resiliencia, una iniciativa internacional que busca apoyar jardines históricos y paisajes culturales vulnerables al cambio climático.

Con aproximadamente 3000 años de antigüedad, los waru waru constituyen una tecnología agrícola sofisticada desarrollada para enfrentar las condiciones climáticas extremas en el altiplano. Estos campos elevados, rodeados por canales de agua permiten regular la temperatura, mantener la humedad e incrementar los nutrientes del suelo, permitiendo el desarrollo de los cultivos de manera óptima a pesar de los problemas generados por el cambio climático.

A través de esta iniciativa, WMF trabaja de la mano con comunidades locales y organizaciones aliadas en la puesta en valor de los waru waru, en la documentación de prácticas agrícolas tradicionales y en la recuperación del conocimiento ancestral. El objetivo es fortalecer la seguridad alimentaria, aumentar la resiliencia ecológica del territorio y preservar este milenario sistema agrícola.

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Vista áerea de los waru waru y los campos de cultivo del altiplano puneño. Foto DDC.

“Con los waru waru, no solo rescatamos una tecnología agrícola, sino una visión de armonía entre cultura y naturaleza que resulta vital para el futuro del planeta y en esta oportunidad estamos trabajando con la Asociación Suma Yapu, liderada por mujeres aymara, y en estrecha coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno», señaló Juan Pablo de la Puente, director ejecutivo de WMF Perú.

Algunos de los otros sitios seleccionados en esta edición del programa Cultivando la Resiliencia son:

– Las Chinampas de Xochimilco (México), sistemas agrícolas flotantes prehispánicos.
– Central Park (Estados Unidos), símbolo de infraestructura verde urbana.
– El Bosque Sagrado Osun-Osogbo (Nigeria), sitio espiritual y ecológico Yoruba.
– El foso de la Torre de Londres (Reino Unido), espacio histórico que busca ser un modelo de espacio verde sostenible.

Además de apoyar intervenciones locales, el programa promueve el intercambio global de conocimientos sobre prácticas tradicionales, conservación ecológica y adaptación climática. Los sitios recibirán asistencia técnica, análisis climáticos y recursos de planificación para enfrentar amenazas como la pérdida de biodiversidad, inundaciones, sequías y eventos extremos. Cada uno contará con un plan de adaptación diseñado para salvaguardar su valor cultural, ambiental e histórico.

Agricultores cosechando cañihua en un campo de waru waru. Foto DDC Puno.


“Este trabajo refleja el compromiso de WMF con un futuro en el que la adaptación al clima y la gestión cultural vayan de la mano. World Monuments Fund agradece a la Fundación Gerard B. Lambert por su apoyo visionario, que ha hecho posible la creación del programa Cultivando la Resiliencia” señaló Bénédicte de Montlaur, presidenta y directora ejecutiva de WMF.

Agricultores procesando papas nativas cosechadas en campos de waru waru. Foto DDC Puno.

Sobre World Monuments Fund
World Monuments Fund es la principal organización independiente dedicada a la conservación del patrimonio cultural en el mundo. Desde 1965, WMF ha apoyado a más de 700 sitios del patrimonio cultural en 112 países. Durante 60 años, sus expertos altamente capacitados han aplicado técnicas probadas y efectivas para preservar importantes sitios de patrimonio arquitectónico y cultural en todo el mundo. A través del World Monuments Watch -un programa bienal basado en nominaciones- WMF colabora con comunidades en la conservación del patrimonio cultural para mejorar y enriquecer su calidad de vida. En asociación con comunidades locales, donantes


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