Mi opinión
Ojalá que el Poder Judicial termine de enmendarle la plana al Legislativo y se imponga la razón en este asunto tan enojoso. Como se recordará, el pasado 5 de noviembre el Congreso de la República aprobó el “Proyecto de Ley que declara de interés público y de interés nacional la construcción de la carretera de integración regional de Madre de Dios tramo Nuevo Edén – Boca Manu – Boca Colorada”, un mamarracho parlamentario que pone en riesgo los objetivos de creación del Parque Nacional del Manu y la Reserva Comunal Amarakiare, dos de las áreas naturales protegidas más emblemáticas de Madre de Dios.
Y que por si fuera poco, convalida de paso una práctica común en muchas regiones del Perú: la destrucción de los bienes comunes por quienes están obligados a cuidarlos.
Les quiero robar un par de minutos de su tiempo para contarles los entretelones de esta decisión congresal. Es un hecho que en Madre de Dios, el departamento más biodiverso de nuestro país, el poder fáctico está en manos de la minería ilegal; son sus hijos, miles de hombres y mujeres llegados de todas partes, los que vienen definiendo el rumbo económico de la región y su equivocada vocación por el extractivismo más simplón.
Seamos claros, que el gobernador de Madre de Dios sea el controvertido Luis Otzuka Salazar, ex presidente de la Federación Minera de Madre de Dios y enemigo frontal del proceso de formalización de la actividad minera impulsada por el gobierno, no es una mera coincidencia. Es un hecho ligado íntimamente al boom minero que estremece a la región y consolida un ser y actuar definido por el achoramiento social y el todo vale.
Bien, ocurre que a Otzuka se le ha metido en la cabeza, so pretexto de la manida integración territorial y la lucha contra la pobreza, sembrar de asfalto caminos que se introducen en la espesura de la selva para poner en peligro la vida que se amontona en unos parajes que el propio Estado decidió hace buen tiempo preservar. Así las cosas, el hijo de descendientes japoneses y de una pobladora de la comunidad nativa de El Pilar, dio orden a sus solícitos funcionarios para acelerar trámites y empezar la construcción de una carretera entre Nuevo Edén y Shipietari sin el aval necesario del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, SERNANP, la institución autorizada a dar el visto bueno a obras de este tipo.
Movilizados los habitantes de los centros poblados que se beneficiarán con la interconexión vial propuesta por el gobernador regional, se pasó de la tramitología a los hechos y en un santiamén empezaron las obras. Total, dinero es lo que pareciera abundar en las arcas del gobierno regional y los permisos y licencias ambientales se pueden ir consiguiendo en el camino. La ley de la selva, pues.
El SERNANP puso el grito en el cielo, como debe ser, y procedió a litigar a los responsables.
Lo increíble del caso es que el Congreso de la República, amparándose en el dictamen de su Comisión de Transportes y Comunicaciones, pasó por alto la opinión desfavorable que tanto el SERNANP y el Ministerio de Cultura manifestaron en su momento sobre la obra, y por amplia mayoría (74 votos a favor, cero en contra y una abstención) acaba de aprobar el Proyecto de Ley n° 2320 presentado en junio del 2013 por el congresista por Madre de Dios Eulogio Amado Romero Rodríguez, tristemente célebre por su apelativo de “Comeoro”, que declara de necesidad pública la mencionada construcción carretera.
¿Recuerdan al Comeoro?
Amado Romero (a) Comeoro, ganó notoriedad en el año 2012 al ser suspendido en sus labores congresales por el pleno al encontrarse indicios suficientes que lo sindicaban como responsable del registro de concesiones mineras a nombre de terceros para evadir la calificación de mediano o gran extractor aurífero. El ilustre ciudadano no solo se habría valido de esa metodología para incrementar sus negocios sino que, tal como lo reveló una investigación del diario El Comercio, le exigía a los mineros ilegales que trabajaban en sus concesiones el pago de 30 gramos de oro para hacerlo sin problemas.
No bromeo.
Me asombra la ingenuidad de los setenta y siete congresistas que aprobaron el proyecto de ley. Me inquieta constatar la seguridad que tienen de que la carretera en mención “va a permitir el incremento de turistas nacionales y e internacionales potenciando el tráfico de personas y comercio en la región Madre de Dios”, cuando es por todos conocido que los engendros viales en esa región solo están alentando la ocupación indebida del territorio y el desmadre minero.
¿Nuestros padres de la patria no se han dado el trabajo de leer los comentarios de Marc Dourojeanni al respecto?, ¿no han tenido acceso al informe La Ruta del Oro tantas veces citado en los últimos meses?. ¿No revisaron, ellos o sus asesores, el informe 021 – 2013 –SERNANP – DGAN / OAJ donde se indicaban los riesgos que supone para la integridad del Parque Nacional del Manu una obra de este tipo?
¿Por qué tanto apuro en aprobar un proyecto de ley cuestionado por la Federación Nativa de Madre de Dios (FENAMAD) si precisamente el día 2 de noviembre el jefe de la Reserva Comunal Amarakaeri, Ernesto Escalante había advertido que madereros ilegales y comerciantes de combustible estaban utilizando el trazo construido ilegalmente por el Gobierno Regional de Madre de Dios entre Nuevo Edén y Shipetiari?.
El parlamento en pleno solo ha querido atender la opinión de su Comisión de Transportes y Comunicaciones, que por cierto se dedicó a dar trámite a un pálido dictamen que reproduce en esencia los farragosos párrafos del proyecto de ley presentado en el 2013 por el cuestionado personaje.
Por eso espero que el presidente Humala observe la ley para tomarnos un tiempo y escuchar a las partes. A todas. Es urgente revisar el controvertido plan vial del Ministerio de Transportes y Comunicaciones que propone construir carreteras a diestra y siniestra en toda la región Madre de Dios como si se tratase de impulsar corredores viales para descongestionar el tráfico del estado de Nueva York.
La ley que se pretende promulgar constituye un atentado a la normatividad ambiental que hemos construido y una amenaza ambiental de primer orden. Se debe parar.
Ah, me olvidaba. ¿Saben quién es el presidente de la Comisión de Transportes y Comunicaciones que dio el visto bueno al proyecto de ley presentado por el congresista Romero en el 2013?
Fácil, él mismo. Amado Romero, aguerrido congresista por Madre de Dios, natural de La Libertad, en algún momento de su vida simpatizante de Sendero Luminoso y hasta el año 2011 presidente de la poderosa Federación Minera de Madre de Dios.
El Juzgado de Investigación Preparatoria en Materia Ambiental de Cusco en la denuncia interpuesta contra el Gobernador Regional de Madre de Dios, ordenó la inmediata paralización de la construcción de la carretera Nuevo Edén- Shipetiari, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, obra ejecutada por la mencionada autoridad regional.
De esta forma el mencionado Juzgado acoge los argumentos que en su momento fueron presentados por el Ministerio del Ambiente y el SENANP, los cuales advirtieron que la ejecución de la obra no contaba con los documentos ambientales correspondientes, en particular con la Opinión Técnica Previa Vinculante del SERNANP ni con un Instrumento de Gestión Ambiental, evidenciándose de esta manera que se viene cometiendo una irregularidad con la construcción de la obra vial; además que la obra representa un grave daño y pone en peligro inminente la subsistencia de los diferentes ecosistemas y especies existentes en la Reserva Comunal Amarakaeri.
Según se indica en la Resolución N° 01 de dicho Juzgado de manera literal “se requiere la inmediata ejecución de esta medida por parte de los investigados Luis Otzuka Salazar, en su calidad de Gobernador del Gobierno Regional de Madre de Dios, Reynaldo Rivas Dávila, Sub Gerente de la Sub Región Manu y Daniel Isequiel Limachi Huallpa, Sub Gerente de Infraestructura de la Sub Región Manu; quienes deberán informar sobre el cumplimiento de esta medida al Juzgado antes mencionado”.
Este es un importante paso de la justicia en el marco de la ley en defensa de las áreas naturales protegidas haciendo frente a actividades que puedan causar graves e irreversibles impactos.
14/11/2015