Mi opinión
Entre el 25 de enero y el 7 de febrero de este año se llevó cabo el Censo de Aves Playeras en la Costa Peruana, el importante registro ornitológico que impulsan el SERFOR y otras instituciones vinculadas a la gestión de la biodiversidad de la franja litoral de nuestro país. Pablo Merino, baluarte del team Viajeros y pajarero 24/7, dirigió uno de los tantos equipos que se distribuyeron el inmenso territorio costero para generar la info que se necesita para seguir cuidando lo que nos pertenece a todos. Les dejamos por aquí parte de su bitácora viajera.
Guillermo Reaño, especial para Solo para Viajeros
Las aves -y dentro de estas las aves playeras- constituyen un tesoro natural que estamos en la obligación de proteger y gestionar de mejor manera. Eso lo saben muy bien los pajareros que desde hace mucho tiempo recorren los rincones más apartados del país para registrar su presencia y embelesarse (aún más) con sus plumajes, cánticos y demás atavíos.
En este portal, ustedes son testigos, hemos tratado de festejar desde un inicio la fiesta de los emplumados que habitan y se desplazan por nuestro territorio.
Dos pajareros de nuestro equipo, Pablo Merino y Alejandro Tello, los capitanes del proyecto Refugios del Desierto, nos han acompañado en todo momento en esa tarea. Su obsesión por las aves del Perú, y en especial por las que engalanan los roqueríos de la costa peruana y el océano que baña sus playas, es archiconocida. A ellos les debemos los mejores trazos de la vida aviar (y natural) que explota en la península de San Fernando, el epicentro de la reserva nacional que administran los compañeros del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – SERNANP.
Pablito Merino, biólogo e infatigable trajinante, se puso al frente del grupo de biólogos y pajareros que conformaron el equipo 12 del último Censo de Aves Playeras de la Costa Peruana, una iniciativa liderada por el SERFOR que se llevó a cabo del 25 de enero al 7 de febrero de este año como parte de las ue forma parte de los compromisos del “Plan Nacional de Conservación de las Aves Playeras en el Perú, periodo 2023-2032” de reciente promulgación .
Manos a la obra
Sus animados reportes desde el lugar de los hechos nos fueron llegando e tiempo real: “Maestro, comentó, vamos a desplazarnos por los humedales de Yauca, por los humedales de Chaviña, por Puerto Lomas y, por supuesto, por la Reserva Nacional San Fernando, nuestro lugar en el mundo. No sé si serán tres, cuatro o más días de intensas caminatas y espléndidos registros. Qué todo el sacrificio sea por la causa…”
Como es de público conocimiento, las aves playeras conforman uno de los grupos más diversos y móviles de la fauna silvestre, siendo que la mayoría de ellas se encuentran incluidas en los apéndices de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS).
En el Perú, se presentan habitualmente 53 especies de este singular grupo. De todas las especies que habitan en nuestro país se conoce que 29 de ellas (54.7 %) realizan una migración boreal, es decir, se movilizan periódicamente desde del hemisferio norte al hemisferio sur; y que 24 (45.3 %) especies se reproducen en el Perú.
Se trata, lamentablemente, de especies severamente amenazadas por la degradación de sus hábitats debido al desordenado «desarrollo» urbano, la pérdida de sus ecosistemas, la contaminación por residuos sólidos y efluentes, la presencia de especies exóticas invasoras y, sobre todo, por el cambio climático que nos agobia.
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El equipo de Pablo Merino por supuesto que dio la talla. Pablito no tuvo tiempo de mencionar a todos, pero entre los que destacamos, nos quedamos con los nombres de viejos conocidos, los biólogos David Samata, Daniel Cáceres y Luis La Madrid. Bravos entre los bravos…
«No te voy a dar más datos, saca tú tus propias conclusiones, me dijo, decidimos llamarnos por unanimidad el equipo Fantasma».
Y el fantasmagórico team inició el censo en el humedal y la desembocadura del río Yauca; de allí, sin descanso, se dirigieron al distrito de Bella Unión para contabilizar aves en el humedal de Chaviña donde fueron firmemente apoyados por Mónica Ellis, distinguida lideresa comunal. En Chaviña, otro paraíso aviar, los muchachos se quedaron con la boca abierta al observar una colonia muy representativa de gaviotín peruano (Sternula lorata) que merece la atención de los especialistas y la protección del ecosistema que frecuentan.
Al día siguiente los «fantasmas» continuaron su periplo por la zona sur y norte de la Reserva Nacional San Fernando, el área natural protegida a cargo del biólogo del SERNANP Percy Hostia Chacaliaza, otro viejo conocido «a quien se le agradece, lo mencionó Pablito, por el apoyo desinteresado al poner a disposición del equipo Fantasma a sus especialistas, guardaparques y voluntarios a fin de censar con propiedad los puntos establecidos en nuestra hoja de ruta».
El día tres fue igual de intenso. Los expedicionarios se dirigieron a la zona de Ocucaje «y luego de bregar con las sorpresas del árido y abrasador desierto iqueño logramos llegar a los puntos señalados con anticipación, en especial el Parque Eólico de Ocucaje y las proximidades de la desembocadura del río Ica».
«Ya concluida la expedición ornitológica, apuntó Merino, no dejamos pasar la oportunidad de adquirir un buen pisco y un vino artesanal de los dioses», conocida es la afición por los aromáticos de Pablito y sus compinches, «para retornar a la ciudad de Nasca donde recuperamos las fuerzas y las energías gastadas durante este importante Censo de Aves Playeras en la Costa Peruana».
En lo que respecta a las especies ornitológicas, el equipo de cencistas pudo registrar gaviotines, gaviotas (más de trece mil para el caso de gaviota de Franklin), ostreros, chorlos y playeros, cinclodes o marisqueros, entre otras aves playeras. «Mención aparte, el registro de un bello ejemplar de Lama guanicoe, guanaco, la carismática, elusiva y muy impactante especie emblema de estos descampados. Ver un guanaco tan cerca al mar resulta un especáculo inigualable, inolvidable, insuperable…», señalo el líder de la expedición por el sur de nuestro litoral.
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Para cerrar con broche de oro, ver foto, los fantasmas se toparon cara a cara con un zorro del desierto (Lycalopex griseus) que los miró con altivez entre los tillansiales de las lomas de San Fernando.
Otrosí digo
Merino es implacable. Ni bien puso pie en tierra firme se animó a escribirles a los organizadores del VI Simposio de Humedales del Perú lo siguiente: «Luego de unas coordinaciones previas con el Dr. Héctor Aponte, me dirijo ante ustedes para proponerles y solicitarles tengan a bien considerar se brinde un espacio dentro de su programa del VI SIMHPER a la exposición concerniente a la importancia biológica y situación actual de los Humedales de Chaviña, Bella Unión, Caravelí, Arequipa, el mismo que según nuestras investigaciones es un nuevo sitio de anidamiento y reproducción de gaviotín peruano (Sternula lorata) especie en peligro. Cabe mencionar que se viene impulsando la propuesta de incluir a este humedal dentro del listado de las actuales ANPs (ACR o alguna otra categoría) así como el reconocimiento como un n uevo Sitio Ramsar. Quedo atento a su decisión en relación a lo expuesto». Perfecto, a seguir dándole duro a los sueños, Pablo. Vamos a estar atentos a la lucha que vienes dando para que se establezca de una vez un estatus de conservación para los bellísimos humedales de Chaviña.