(Viajeros) Las cifras ponen en entredicho los buenos deseos de Repsol, la empresa responsable del vertido de más de once mil barriles de petróleo en el mar peruano: de los 97 sitios supervisados hasta el momento por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) en las zonas afectadas, 61 son playas y, de ellas, diecinueve aún siguen contaminadas por hidrocarburos, así lo revela un último reporte del Ministerio del Ambiente (Minam) en base a las evaluaciones realizadas en las playas, puntas, acantilados y áreas naturales protegidas dañadas por el desastre ecológico ocurrido el 15 de enero de este año.
Recordemos que el 13 de abril pasado, la empresa de capitales españoles emitió un comunicado declarando limpias las playas y lugares accesibles como consecuencia de la aplicación de un agresivo plan de acción que, a la fecha de hoy, según indica el portal de la propia compañía, reporta un avance del 95.7 %.
Pareciera que el optimismo, los esfuerzos y la data no cuadran: los 38 skimmers, los equipos de limpieza marina de alta eficiencia puestos en acción de acuerdo a la información proporcionada por Repsol, los 11 mil metros de barreras de contención instaladas para evitar el avance de la marea oleaginosa hacia el norte de Lima, los más de tres mil trabajadores puestos en tierra así como el apoyo de las 50 empresas entre nacionales y extranjeras convocadas para mitigar la contaminación producida, no han logrado cumplir su cometido.
Las evidencias del derrame en las playas y el mar adyacente de los cinco distritos afectados venían siendo mostradas a la prensa por los gremios de pescadores y vecinos de las urbanizaciones y centros poblados de Ventanilla, Santa Rosa y Ancón. Asimismo, la ONG Oceana propaló a medidos de julio un video que se viralizó en pocas horas dando cuenta de la presencia de trazas de hidrocarburos en el fondo marino del distrito de Aucallama, en Huaral.
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Como se sabe, OEFA ha dispuesto la aplicación de siete multas coercitivas a Repsol por 2.8 millones de soles y una primera multa en el marco de los procedimientos administrativos sancionadores iniciados contra la misma compañía por el incumplimiento de la medida administrativa ordenada referente a la identificación de las zonas afectadas por el derrame. Esta última sanción por un monto que supera los 5 millones de soles.
Frente a la andanada de críticas y al malestar de la opinión pública, la filial de Repsol en nuestro país, que suele referirse “a los efectos del vertido del buque Mare Doricum” cuando se ocupa del evento que ha sido calificado por Naciones Unidas como el peor desastre ambiental en la historia reciente del Perú, ha manifestado su compromiso de “devolver el litoral afectado a su estado natural y compensar a las más de diez mil familias afectadas en los distritos de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Aucallama y Chancay”.
De acuerdo a la información publicada en su página web y redes sociales, los directivos de la empresa de hidrocarburos están a la espera de los informes finales de OEFA para implementar, de ser el caso, los planes de rehabilitación donde corresponda.
Le toca a OEFA emitir el informe con las evaluaciones finales de los 97 sitios bajo supervisión que, según el Minam, va a estar a disposición a fines de este mes.
De otro lado, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) deberá concluir en estos días los dos procedimientos administrativos sancionadores iniciados contra Repsol por contaminación a la diversidad biológica en la Zona Reservada Ancón y la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras en el ámbito del polígono Islote Grupo de Pescadores y Punta Salinas. Las sanciones por estas faltas podrían alcanzar los 92 millones de soles.
Actualidad Ambiental entrevistó hace unos días al biólogo Deyvis Huamán, responsable de la Unidad Operativa Funcional de Monitoreo, Vigilancia y Control de la Dirección de Gestión de las Áreas Naturales Protegidas del Sernanp, quien manifestó su confianza en la resolución de las controversias con la empresa española.
“Nosotros como Sernanp detectamos las afectaciones desde un primer momento y nos pusimos en acción de manera ordenada para salvaguardar el patrimonio natural que nos toca proteger. Fuimos los primeros, en utilizar skimmers, en la zona del siniestro, nadie contaba con equipos como los nuestros”, explicó.
El funcionario estatal comentó además que su institución había identificado la posibilidad de un derrame de petróleo desde por los menos el año 2019, cuando se adquirieron estos equipos de última generación en el marco del proyecto GEF Guaneras con la finalidad de recuperar los ecosistemas afectados por derrames de hidrocarburos y el retiro de aceite, materiales de plástico y otros tipos de residuos.
“Tuvimos que mover a nuestro personal, desde Lachay, Paracas y otras áreas a la zona del derrame. En un momento llegamos a tener 30 personas en campo, el impacto fue tremendo, trabajar con hidrocarburos es muy complicado”, agregó.
Al momento de la entrevista con el biólogo Huamán, los técnicos del Sernanp encargados del monitoreo de las zonas afectadas en las áreas naturales protegidas bajo su encargo seguían encontrando indicios de contaminación en el mar.
Al parecer, el esfuerzo para devolver el litoral afectado a su estado natural será inmenso y tomará más tiempo de lo que se ha dicho.