Mi opinión
Ciertamente una noticia lamentable, que no esperábamos. Estábamos seguros que el II Censo Nacional del Suri iba a arrojar buenas noticias sobre el estado de la población de la emblemática especie altoandina. El texto que hemos recogido de la cuenta pública en Facebook de Corbidi es más que elocuente: la población silvestre del llamado Avestruz de los Andes, Rhea pennata, en Moquegua, Tacna y Puno, lo afirma el especialista Miguel Lleellish Juscamayta de la Red Nacional para la Conservación del Suri, se reduce ostensiblemente pese a los esfuerzos en pro de su conservación que han venido haciendo diferentes instituciones. Pareciera que llegamos demasiado tarde para salvar a la especie. Qué mala noticia.
El suri (Rhea pennata) es un ave representativa y simbólica de nuestro país. Una especie que ha evolucionado con nuestro continente y ha sido testigo del surgimiento de los Andes. Registros de su presencia han quedado grabados en las manifestaciones de arte rupestre de los primeros pobladores peruanos, pero también fue un ave muy valorada en tiempo de los incas gracias a sus hermosas plumas las cuales engalanaron a la nobleza imperial.
Hoy, el “suri” esta de partida. En el año 2008, como producto de una preocupación regional impulsada por la Red Nacional para la Conservación del Suri, tuve la suerte de conducir por la parte peruana, la Primera Evaluación Poblacional Binacional del “suri” en Perú y Chile. En Perú, se realizó en los departamentos de Tacna, Moquegua y Puno articulando esfuerzos entre los miembros de la mencionada Red. El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y Universidad de Chile, hicieron lo propio en el área de distribución del suri en Chile.
Con un presupuesto reducido, pero con mucha voluntad se inició un intenso programa de capacitación en las regiones, que tomando como punto de partida lo aprendido en los censos experimentales de vicuña y estudios previos, permitió contar con grupo de brigadistas entrenados para realizar la evaluación del “suri” y colectar registros indirectos (fecas) para análisis de la dieta. De este modo, se dejó abierto el camino para garantizar el monitoreo futuro de la especie por las instituciones encargadas de su conservación.
Se avistaron 447 “suris” en los tres departamentos. Moquegua obtuvo la mayor presencia de la especie con 186 ejemplares y la mayor concentración en la zona alta de Carumas, en las cercanías del volcán Tixani y Pasto Grande. La cifra confirmó lo que se temía: el “suri” se encontraba en peligro crítico.
Hoy los resultados de la Segunda Evaluación Poblacional del “suri” realizado por el SERFOR, Región Tacna y Región Moquegua, con la participación de los miembros de la Red Nacional para la Conservación del Suri, son aún más preocupantes. Cuando albergábamos la esperanza de que los notables esfuerzos de conservación impulsados en los últimos años (consolidación de los centros de rescate del Proyecto Especial Lago Titicaca-PELT y MALLKU, el reconocimiento como ave emblemática regional en Tacna, esfuerzos dirigidos de educación ambiental sobre la especie, la creación de un Ministerio de Ambiente, el establecimiento de áreas naturales protegidas y el Plan Nacional de Conservación del Suri) alejarían al “suri” de la extinción, nos llega la noticia de que su población habría experimentado un descenso importante, sobre todo en Puno y Moquegua.
Según el MINAGRI, se han registrado 350 suris en todo el pais (Fuente MINAGRI Tv). Las cifras en las regiones serían aproximadamente de 98 suris en Puno, 178 en Tacna, y en consecuencia 74 en Moquegua, aunque estos últimos datos deben ser validados por el SERFOR. Semanas atrás la ATFFS Puno del SERFOR anunció una cifra de 98 suris (resultados al 100% en Puno) es decir 30% menos de los observado en el censo del 2008 (157 individuos en el Primer Censo). Para esto, resulta crucial que se haya seguido con la misma metodología que se empleó el año 2008, la cual tiene la ventaja de haberse inspirado en la estimación poblacional de la vicuña, cuyo manejo es un ejemplo para los países de Sudamérica.
De acuerdo con las cifras, el establecimiento del ACR Vilacota Maure, habría sido la medida con mejores resultados ya que alberga actualmente a casi el 40 % de la población total.
Esta tendencia declinante del “suri” podría ser irreversible debido a la fragmentación de su hábitat, el incremento de cercos o barreras a su desplazamiento, la competencia con el ganado doméstico, el restringido acceso a las fuentes de agua, la caza ilegal, la recolección de sus huevos y al cambio climático que amenaza también las reservas de agua a más de 4000 msnm.
Datos
El suri, también conocido como ñandú petizo, vive en las zonas altoandinas de Sudamérica, desde el altiplano peruano hasta los páramos y pampas de la Patagonia, desde hace 20 millones de años, habiéndose hallado en los Andes argentinos restos fósiles de 10 millones de años de antigüedad de uno de sus parientes próximos como es el avestruz o ñandú.
Es el ave no voladora más grande del Perú y una de las mayores de América, llegando a medir hasta 1.5 m de alto con el cuello estirado
En el Perú, el suri vive en los departamentos de Moquegua, Puno y Tacna, entre los 3,000 y 4,700 msnm, y se ha adaptado a uno de los climas más hostiles del planeta, habitando principalmente los totorales, bofedales, pajonales y en algunos casos los lagos cálidos de origen volcánico que existen en estos departamentos.
Una rara excepción en el reino de los animales es la que se da con el suri, donde el macho, y no la hembra, es quien empolla, alimenta, cría y protege a sus polluelos
28/7/2016