Mi opinión
Les dejo por aquí este artículo publicado hace unos días en Actualidad Ambiental. Resulta necesario, coincido con los periodistas de esa plataforma de noticias, insistir en la necesidad de proteger los bosques de Prosopis sp. del desierto costero, el waranqu de nuestros ancestros cuyas poblaciones están siendo cercadas por la indiferencia ciudadana, el consumo masivo de pollos a la brasa en restaurantes cuyos cocineros utilizan sus leños para elaborar el platillo estrella de la mesa popular y el cambio de uso de la tierra con fines subalternos. La reducción de los huarangales de Ica, señala la nota que les estoy pasando, que hasta hace no mucho tiempo se extendían a lo largo de 50 mil hectáreas de la superficie departamental tendrían una cobertura actual que no llega a superar las dos mil. De terror. La destrucción de los bosques de huarango contribuye a la desertificación de la costa, el estrés hídrico y, aunque parezca mentira, a la inseguridad alimentaria de las poblaciones más pobres de las regiones donde prospera el arbolito. Hay que hacerlo saber, es necesario que en nuestros entornos se sepa la importancia que sigue teniendo el huarango nuestro. En el desarrollo de la nota de Actualidad Ambiental estamos incluyendo un link que los llevara a un libro en PDF del excelente trabajo de Tito Cornejo, Walter Wust y Lucho Vereau sobre los Prosopis de Usaka, una publicación a todo color que da cuenta de un valiosísimo intento ciudadano por recuperar los bosquecillos de la especie en Nasca. No se lo pueden perder, Lindo día.
Tomado de Actualidad Ambiental. Foto principal: Tito Cornejo
En el árido desierto costero del sur del Perú, el huarango (Prosopis sp.) ha logrado sobrevivir por miles de años gracias a sus raíces extensas, que tienen la capacidad de alcanzar el agua del subsuelo. Las especies de este género actúan como un pulmón natural para la costa peruana, principalmente la región de Ica, ya que cada año captura un promedio de 24,000 kg de CO2e y genera alrededor de 200,000 kg de oxígeno, de acuerdo con datos del Ministerio del Ambiente. De esta manera, contribuyen significativamente a la meta nacional de reducción del 40 % de emisiones de huella de carbono.
Más allá de conservar el suelo, mantener el equilibrio microclimático y ser el hábitat de aves como el fringilo apizarrado (Xenospingus concolor) y el pájaro carpintero de espalda negra (Colaptes atricollis)., este árbol es emblemático para las comunidades iqueñas porque les aporta alimento, sombra y se le asocia a sus prácticas agrícolas tradicionales. No obstante, a pesar de su gran adaptación, longevidad y su habilidad de mejorar la calidad del aire, los huarangales se ven amenazados por la tala y comercialización de su madera, la cual es utilizada como carbón para ladrilleras, pollerías y panaderías.
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Características principales
El huarango se caracteriza por sus grandes raíces, las cuales pueden llegar a medir más de 70 metros de largo, por esta razón es normal encontrarlos en dunas de arena a más de 30 y 40 metros de distancia de cualquier río. De acuerdo con un artículo de la revista de agroecología Leisa, en los desiertos costeros, donde predominan los bosques secos, estos árboles aprovechan tanto las aguas que yacen bajo el suelo como la humedad del ambiente a través de sus raíces.
Las raíces superficiales, junto con sus hojas, captan la niebla y el rocío, que luego gotean al suelo y enriquecen su entorno inmediato. Esta característica también hace al huarango resistente a la aridez y le permite sobrevivir en suelos salinos. Otra particularidad es su longevidad, ya que por esa misma adaptabilidad puede vivir miles de años.
Sus frutos,también conocidos como algarroba, son comestibles y altamente nutritivos. Suelen utilizarse tanto para el consumo humano, en productos como la harina, café de huarango, huaranguina y miel, como para la alimentación de ganado. Asimismo, debido a la resistencia de su madera, ha sido aprovechada en la construcción de viviendas y muebles, así como en la producción de leña y carbón. Sin embargo, esta misma utilidad ha contribuido a su explotación y puesto en riesgo su permanencia.
Su papel en la historia y cultura iqueña
La palabra «huarango» proviene del quechua “waranqu” o “huarancu”, usada antiguamente por los antiguos pobladores de las Américas para nombrar árboles esenciales para su vida. Existen evidencias históricas de la importancia de los huarangales para las culturas precolombinas en los arenales de Ica. Estas antiguas civilizaciones aprovechaban cada parte del huarango, desde sus frutos hasta sus hojas caídas como abono para sus campos de cultivo y forraje para la crianza de llamas, alpacas, guanacos, vicuñas y venados.
En aquellos tiempos, su madera era utilizada para la fabricación de objetos rituales y tumbas. Hoy en día, a pesar de la deforestación, sigue desempeñando un papel importante en la agricultura y el turismo de la regiónb de Ica. En 2023, con el apoyo técnico del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y su oficina en Ica (ATFFS), se impulsó que la Municipalidad Provincial de Nasca apruebe la Ordenanza N.° 003-2023-MPN, mediante la cual se declaró como árboles patrimoniales a 15 ejemplares de huarango ubicados en Nasca y el distrito de El Ingenio.
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Amenazas y conservación
En las últimas décadas, este árbol resiliente enfrenta amenazas como la tala ilegal y la deforestación. Según el biólogo e investigador de Huarango Nature, Alfonso Orellana García, ha habido una reducción histórica considerable, ya que hace muchos años atrás Ica contaba con una cobertura de 50 mil hectáreas de bosque, no obstante, en la actualidad se calcula entre 1000 a 2000 hectáreas.
De acuerdo con el Decreto supremo Nº 043-2006-AG, el huarango está categorizado como «vulnerable» y se encuentra protegido por el Estado. Sin embargo, la amenaza de su desaparición persiste, poniendo en riesgo no solo una especie, sino todo un ecosistema y un legado cultural.
Por ello, las iniciativas para la restauración del bosque de huarango son sumamente necesarias y urgentes. Su recuperación no solo contribuye a salvaguardar los beneficios climáticos que ofrecen estos árboles, sino también impulsa el desarrollo sostenible y fomenta el bienestar de las comunidades locales.

Foto: Mónica Chonta (Facebook)
En el centro ceremonial de Cahuachi, un santuario tan importante en su tiempo como el de Pachacamac y mucho más grande que la promocionada ciudadela de Chan Chan, los troncos de huarango siguen sosteniendo galerías y paredes que después de mil quinientos años de haber sido abandonadas por sacerdotes y peregrinos permanecen en pie, inalterables. Lo mismo en Estaquería, la plataforma de adobe donde se colocaron, antes del inicio de nuestra era, los 240 postes de esta especie que todavía podemos admirar. (Leído en Solo para Viajeros, Notas de campo) … Sin embargo, huarangos y algarrobales son arrasados, no tomados en cuenta, por una población que en épocas de carestía y vacas flacas se lanza sobre los bosquecillos que lograron sobrevivir para tasajearlos a mansalva y vender su madera a pollerías y restaurantes. El boom de la cocina peruana en su acepción más deleznable. (Más noticias sobre huarangos en Solo para Viajeros) |