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Policías comunales y cámaras trampa contribuyen a cuidar los bosques del Alto Mayo

Mi opinión

Buena noticia, a los drones que empezaron a utilizar para proteger los últimos bosques heredados de sus ancestros, los hombres y mujeres de Shampuyacu, la combativa comunidad awajún del Alto Mayo que recorrí con Gabriel Herrera y un equipo de funcionarios de CI-Perú hace unos años, le han sumado unas cámaras trampas que han empezado a retratar a los habitantes de una selva milagrosamente intacta a pesar de la abusiva extracción a la que fue sometida.

Que los bosques de las nuwas, mujeres en el idioma de la “gente”, se estén poblando de añujes, tigrillos, perdices y nutrias, es una maravilla y habla muy bien del ánimo y convicción de sus pobladores. Pronto llegarán los felinos y los demás “transportistas” de semillas que harán que la vida, en toda su dimensión, vuelva a florecer.

Sigo atento a las iniciativas de los milicianos de Shampoyacu y sus socios, su trabajo refuerza el sí se puede que con tanta tozudez seguimos enarbolando: #OtroMundoesPosible


En los últimos años, la comunidad nativa de Shampuyacu, en el Alto Mayo, región San Martín, ha perdido más de la mitad de sus bosques. A pesar de este panorama, personas como Joseas Sejekam, quien lleva dos años siendo policía comunal, patrulla y vigila los bosques de su comunidad para evitar actividades como la tala ilegal y la caza furtiva.​

Joseas es uno de los tres policías comunales que están asistiendo a capacitaciones que apuntan al diseño de un sistema de monitoreo de especies de fauna silvestre y su distribución dentro de los bosques de la comunidad. Estas actividades forman parte del marco del trabajo que se está realizando con el apoyo de Fundación Ensemble para reducir la deforestación en la comunidad.​

Para determinar la ubicación de las cámaras trampa, el equipo de Conservación Internacional y los policías comunales realizaron un reconocimiento del terreno.  Para ello, participaron en capacitaciones teórico-prácticas aprendiendo a leer mapas, manejar GPS y cómo ubicar coordenadas en el terreno. En total han aprendido a instalar 24 cámaras trampa para monitorear las especies dentro de su bosque comunal, abarcando un total de 610 hectáreas. Mientras que 18 de estas cámaras se ubicaron a 30 centímetros del suelo para poder captar el movimiento de cualquier especie de animal silvestre, las seis restantes se colocaron a mayor altura, con la finalidad expresa de vigilar el bosque e identificar a posibles cazadores y taladores.

A poblar los bosques de vigilantes ambientales y creyentes en el futuro. Foto CI-Perú

Luego de un mes de haber colocado las cámaras, se hizo el recojo de las mismas y visualizó el contenidos junto con los policías comunales. En total se registraron 25 especies, entre ellas añujes, tigrillos, perdices y nutrias. Estos registros dan constancia de la biodiversidad con la que cuenta el bosque de Shampuyacu. «Al revisar las imágenes captadas por las cámaras trampa, encontramos imágenes de tigrillos, sajinos y achunis que generaron sorpresa entre los policías, porque no habían visto estos animales antes en el bosque de su comunidad», comenta Jimmy Pinedo, Coordinador de Teledetección de Conservación Internacional.  

La recopilación de información sobre las especies registradas y su distribución en los bosques servirá como una línea base para futuros monitoreos. Este punto es importante, pues revelará a lo largo del tiempo si la población de las especies registradas aumenta, se estable o disminuye, en respuesta de las posibles presiones o iniciativas de conservación que ejerza la misma comunidad. Además, las cámaras trampa pueden convertirse en una excelente herramienta de concientización para educar y acercar a la población local a que conozcan la amplia biodiversidad que albergan sus bosques y el valor de conservarlas.

Se espera socializar los resultados y seguir involucrando a la comunidad con el objetivo de contribuir a la conservación de los ecosistemas forestales. «Cada vez los comuneros están más orgullosos del bosque. Estas capacitaciones nos han enseñado herramientas importantes para vigilar y protegerlo», afirma Joseas. ​

Volvieron los agutis, volvió la vida a Shampoyacu, Foto CI-Perú

 

Shampuyacu

La comunidad de Shampuyacu se ubica en el valle del Alto Mayo, en la provincia de Rioja, cerca al Bosque de Protección Alto Mayo. Está conformada por más de 300 familias y tiene una superficie de 4,926 hectáreas; sin embargo, es una de las comunidades con mayor deforestación de la región de San Martín. Actualmente solo mantiene como bosque primario el 10 % de su territorio, pero viene trabajando en un proceso de recuperación de 90 hectáreas de bosque con el apoyo de CI Perú, institución que desde el año 2012 viene apoyando la implementación de su Plan de Vida. Entre las actividades llevadas a cabo se encuentran el apoyo a la recuperación de sus conocimientos ancestrales sobre cultivos, plantas medicinales, costumbres, y el Bosque de las Nuwas. 

 

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