Mi opinión
Empiezan a barajarse los nombres de las personas que podrían asumir la cartera Cultura. Y candidatos, al parecer, hay a montones.
Sin embargo, en lo que sí parece haber consenso es en que la nueva autoridad debería preocuparse desde el inicio de sus funciones en convertir al ministerio –hasta ahora pequeñito en la percepción ciudadana y gigante si nos atenemos a la agenda que tiene por cumplir- en una institución moderna, bien gestionada, capaz de poner en valor nuestro inmenso patrimonio y con la fortaleza suficiente para promover el desarrollo de la cultura en todas sus manifestaciones. Una entidad seria, vanguardista y mil competencias más. Y todas urgentes .
Javier Lizarzaburu, director del comentado y muy ponderado blog Lima Milenaria, adelanta sus opiniones al respecto y dialoga en el artículo que les propongo con Mauricio Delfín y Víctor Vich, entendidos en la materia. Es urgente crear de verdad un Ministerio de Cultura eficiente y promotor.
Estos días por las razones que sea ha habido un sorpresivo interés en quién se hará cargo de esta cartera. Cosa curiosa. Es uno de los ministerios más ignorados y al mismo tiempo uno de los más expuestos al escrutinio ciudadano.
¿Alguien le ha preguntado a la gente qué tipo de ministro de Cultura quiere? Es más, con el hecho que ahora sí el Bicentenario es una fecha ineludible las expectativas serán mayores, y la atención estará centrada en quién maneje ese proceso.
No ha faltado quienes han venido haciendo listas de requerimientos y compartiéndolas a través de las redes sociales: que sea gestor, que conozca su tema, que sea esto y haga lo otro. ¿Pero basta con un tema de experiencia?
Manto Paracas, detalle. Foto: Ministerio de Cultura. |
Pensaba si más allá de un listado de virtudes profesionales hay algo que en esencia deba ser esa persona. Después de hacer mi propia lista de requerimientos me quedé con una frase que muy probablemente solo tenga sentido para mí: mi máxima aspiración es que sea un ministro que entienda al Perú.
No voy a tratar de explicarlo porque, para empezar, no estoy seguro de que pueda. Pero sí quizás ayude pensar en qué sentido tiene un ministerio de Cultura en un país como el nuestro.
Porque si algo es cierto es que quien se hace cargo de esa oficina, se hace cargo también del alma del país, de la sabiduría acumulada, del arte, del conocimiento que llevamos 5000 años creando y produciendo.
Si aceptamos por un momento lo que en su día dijo André Malraux, el primer y gran ministro de Cultura que tuvo Francia, que “la cultura es lo que, en la muerte, continúa siendo vida”, podríamos entender que este ministerio es, sobre todo, memoria. ¿Y de qué otra manera si no podemos mirar al futuro?
Un ministerio comprometido con el estímulo de las industrias culturales. |
En ese sentido, entender al Perú debería significar entender su memoria, sus caminos, su legado y la necesidad que existe por reconectar con ese pasado, que nunca fue bien explicado, que estuvo lleno de vacíos, de olvidos inexplicables.
Por eso la imagen que abre esta nota: grupos de ciclistas que se reúnen cada mes para recorrer las huacas de la ciudad. Es parte de una búsqueda, y ese es solo un caso: nadie termina de explicarnos la extraordinaria presencia de más de 370 sitios arqueológicos en la gran ciudad. ¿Quién se encarga de descifrar esa memoria y entregársela al ciudadano?
¿Cómo podemos mirar con confianza al futuro si el pasado todavía es una tarea pendiente? Hay preguntas que quedan sueltas…
Pero por ahora veamos las respuestas de dos expertos a la pregunta planteada en el título de este post.
Tengo que aclarar que originalmente invité a algunas personas más pero por sus razones declinaron participar. Un par de ellas, porque forman parte del Comité de Transferencia y no pueden dar declaraciones hasta concluir ese trabajo.
Mauricio Delfín, Director de Culturaperu.org organización que promueve la participación ciudadana en cultura
“La nueva ministra o ministro de Cultura debería de concentrarse en implementar las acciones mencionadas en el plan de gobierno de PPK, fortaleciendo al ministerio en múltiples niveles, incluyendo la capacidad de gestión de sus Direcciones Desconcentradas.
Además será fundamental no perder de vista la apremiante necesidad de construir políticas culturales de alcance nacional a partir de una visión programática y desde la participación ciudadana, asumiendo activamente principios de gobierno abierto.
Lo más importante es encaminar reformas sectoriales claves para lograr una gobernanza cultural democrática, que asuma nuevos y pertinentes paradigmas de cultura para el desarrollo, interculturalidad crítica y derechos culturales”.
Victor Vich, Director de la maestría en Estudios Culturales de la Universidad Católica, y autor del libro: Desculturizar la cultura: la gestión cultural como forma de acción política (Buenos Aires: Siglo XXI, 2014)
“Es necesario que las políticas educativas y las políticas culturales trabajen conjuntamente en el nuevo gobierno. Mejorar la educación del país también implica invertir en todo lo que educa y está fuera de la escuela.
Es en los barrios, en los parques, en las plazas, en las huacas, en los museos, en la radio, en la televisión, es ahí donde es urgente ofrecer contenidos distintos y presentar alternativas para la vida.
El Ministro de Educación y el Ministro de Cultura deben estar coordinados y los presupuestos de ambos mucho más balanceados. El programa “puntos de cultura” debe ser el programa central del ministerio”.