Conociendo estos destinos podemos contribuir con la preservación del patrimonio de nuestro país, y como el turismo es su principal actividad económica, viajando de manera responsable ayudamos con su desarrollo económico y social.
Colombia tiene muchos destinos para conocer y proteger cuando pase la crisis por la pandemia, algunos de ellos son la ruta de los Pueblos Patrimonio, una selección de 17 municipios caracterizados por tener una arquitectura diferenciada, cultura autóctona, gastronomía propia, entorno natural, y por guardar parte de la historia y del desarrollo de Colombia.
Esta red hace parte de una iniciativa del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, con el apoyo del Ministerio de Cultura y ejecutada por el Fondo Nacional de Turismo (Fontur), que busca potenciar el patrimonio cultural colombiano, material e inmaterial (usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas transmitidas de generación en generación), para su valoración y proyección mediante el turismo, y generar más oportunidades de desarrollo y sostenibilidad en sus comunidades.
Para hacer parte de estos Pueblos Patrimonio, se debe garantizar que en sus calles ocurrieron acontecimientos históricos importantes para la memoria e historia del país. Igualmente, deben haber sido declarados Bien de Interés Cultural Nacional por el Ministerio de Cultura, tener menos de 150.000 habitantes y no ser capital de ningún departamento. Además, el turismo debe ser su principal actividad económica.
Barichara, Santander
Parece un pueblo suspendido en el tiempo, con calles estrechas de piedra, faroles en las esquinas y casas blancas con tejas de barro que conservan intacto el aire colonial de hace siglos. Barichara siempre luce radiante.
Su nombre es literalmente una invitación al sosiego, viene del dialecto Guane, derivado del chibcha, Barichara significa “lugar para el descanso”.
A sus habitantes se les llama ‘Patiamarillos’ en referencia al color de las rocas en la región, minerales que son parte fundamental del pueblo. Ha sido considerado en muchas publicaciones como “el pueblo más lindo de Colombia”.
Otro de los imperdibles es visitar Guane, una joya escondida en el departamento de Santander, el corregimiento está ubicado a 9 kilómetros de Barichara.
Ubicación: desde Bucaramanga primero hay que llegar a San Gil (98 kilómetros), y luego 20 kilómetros hasta Barichara.
Qué comer: las hormigas culonas son una tradición gastronómica en Barichara. También se encuentran platos como el mute, el cabrito y las arepas de maíz. Otro infaltable es la carne oreada, un manjar para santandereanos y visitantes.
Dónde dormir: hostales, elegantes hoteles boutique y alojamientos campestres que son ideales para las familias, enriquecen la oferta hotelera de Barichara, donde se respeta la arquitectura colonial. El Hotel Hicasua es una buena opción.
Monguí, Boyacá
Recorriendo los paisajes ondulados de Boyacá, en los que se cultivan papa, arveja, fríjol y zanahoria, entre otros productos, se llega a Monguí. En este municipio, Patrimonio de Colombia, los viajeros encuentran un destino con calles empedradas y casas coloniales. Fundado el 31 de diciembre de 1601, Monguí también es conocido por su industria de balones de fútbol.
Aquí los planes están hechos para recordar y revivir la historia y tradiciones de un pasado indígena y colonial. Entre ellos se destaca el recorrido por la Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí, por el Convento de los Franciscanos y la capilla de San Antonio de Padua, todos considerados monumentos nacionales.
Otros atractivos que hacen de Monguí el pueblo más lindo de Boyacá son el río Morro, el puente real de calicanto, catalogado como uno de los mejores de su clase, y el páramo de Ocetá, ubicado en cercanías a esta población y considerado uno de los más hermosos del mundo y mejor conservados del país.
Ubicación: se encuentra a 93 kilómetros de Tunja y a 231 de Bogotá, en la provincia de Sugamuxi.
Qué comer: la base de la cocina de Monguí son los productos de la agricultura del interior como la papa, la yuca, las habas, las hojas de col y los diferentes cereales que se producen en el sector. Es muy común encontrar mazamorra chiquita y cuchuco de maíz, de trigo y de cebada. Mientras que el plato fuerte más típico es el cocido boyacense. El cultivo de trucha también es habitual.
La variedad de postres es ilimitada, están los tradicionales amasijos de la abuela, y los dulces de papayuela, mora, fresa y curuba.
Dónde dormir: Monguí Plaza Hotel y Calicanto Real Café Museo son buenas opciones. La mayoría de los alojamientos en este pueblo son casas blancas coloniales con vistas a las montañas.
Honda, Tolima
Honda mezcla en sus calles restos de las épocas precolombina, republicana y colonial, con un toque arquitectónico árabe. Este caluroso municipio fue el hogar del primer puerto pesquero de Colombia sobre el río Magdalena, hecho que lo convirtió en uno de los principales corredores del país en la época de la independencia.
Al cruzar algunos de los 40 puentes que han sido construidos en Honda y al andar despacio por calles estrechas de piedra se evoca el pasado agitado de este puerto que durante la Colonia estaba unido a Mompox por medio del río Magdalena. Este era uno de los principales puntos de distribución de bienes en el Nuevo Reino de Granada.
Una de las vías más visitadas por los viajeros en Honda es la Calle de las Trampas, que recibió ese nombre debido a los laberintos que la conforman y que están flanqueados por casonas antiguas de balcones, portones y faroles de luz tenue.
Ubicación: se encuentra a 2 horas y 30 minutos de Ibagué y a 3 horas y 30 minutos de Bogotá.
Qué comer: disfrute, cerca del río Magdalena, de un delicioso viudo de bocachico, que se acompaña de yuca, plátano, papa y bastante guiso con tomate y cebolla. El sancocho de pescado, el tamal tolimense y el tradicional raspado también son una buena opción.
Dónde dormir: el Hotel Boutique Posada Las Trampas es un recomendado en Honda, una casa de estilo colonial con todas las comodidades que necesita para un buen descanso.
Jardín, Antioquia
En este municipio antioqueño se conjuga historia, arte y aroma a cafetales. Una interesante combinación que es exaltada por sus pobladores, quienes, como buenos paisas, abrigan entre sus ponchos el más puro y sincero sentimiento de hospitalidad. Sus casas de colores y el paisaje montañoso y lleno de flores y cascadas lo acompañan a un viaje lleno de naturaleza y descanso.
En Jardín, destino turístico sostenible, hay planes para todos los gustos, pero una de las mejores ideas es recorrer sus veredas en busca de rutas de trekking y del imponente paisaje cafetero, que entre otras cosas, está declarado Patrimonio de la Humanidad.
Ubicación: se encuentra en el suroccidente antioqueño, sobre las faldas de la cordillera andina y a menos de 4 horas de Medellín.
Qué comer: su plato principal es la trucha, bien sea frita, apanada, tropical, al ajillo, entre otras. Hay tres trucheras que prestan a su vez el servicio de restaurante: La Truchería, en la vereda Quebrada Bonita; y La Argelia y Monteverde, en la vereda La Salada.
Dónde dormir: las típicas casas antioqueñas, coloridas y grandes son el lugar ideal para alojarse en Jardín, también hay casas rurales y hoteles familiares. Entre las recomendaciones está el Hotel La Casona, Hostería el paraíso y Avalon Hotel Campestre.
La Playa de Belén, Norte de Santander
Este pequeño poblado, que llama la atención de turistas nacionales y extranjeros por su parecido a un pesebre navideño, hace parte de la red de Pueblos Patrimonio de Colombia gracias a sus hermosas casas al estilo colonial, calles en piedra, faroles, materas en barro y atracciones turísticas.
El municipio ofrece varios atractivos turísticos, dentro de los que se destacan: El casco urbano, el Parque Nacional Natural Los Estoraques, el Parque Natural Yaraguá y los Aposentos: columnas rojizas formadas por agua y viento, un lugar sagrado para la veneración de la Virgen de Belén.
El casco urbano fue declarado Patrimonio Nacional por el Ministerio de Cultura en 2005. El reconocimiento obedeció a la remarcada preservación del estilo colonial que caracteriza al municipio.
Ubicación: a 200 kilómetros al noroccidente de Cúcuta
Qué comer: los platos típicos de La Playa de Belén tienen una fuerte influencia de la gastronomía de la subregión Occidental del departamento. Se destaca el masato, el mute, la sopa de ruyas, la arepa ocañera, las brevas en almíbar y el helado de yuca.
Dónde dormir: La Posada Marmacrisli es una opción para quienes se aventuren a visitar este Pueblo Patrimonio.
Salamina, Caldas
Ubicado en la parte alta de un cerro del que se resbalan calles empinadas, Salamina, declarado Monumento Nacional en 1982, se ve a lo lejos como una colección de casas de bahareque con tejas de barro. La arquitectura de este municipio, fundado el 8 de junio de 1825, es una huella del estilo que impuso la colonización antioqueña.
Es difícil caminar por las calles de “la ciudad luz de Colombia” y cuna del paisaje cultural cafetero, sin dirigir la vista constantemente hacia arriba, donde balcones llenos de flores sobresalen de casas con patios amplios y fuentes de agua en el medio. Los adornos en las fachadas son herencia del ebanista y tallador Eliseo Tangarife, quien a mediados del siglo XIX promovió una escuela de trabajo en madera que le imprimió su sello al municipio.
Además, la alegría de la Navidad invade Salamina los primeros días de diciembre cuando se celebra la Noche del Fuego, una festividad que nació en 2001 como homenaje a la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona del municipio. Durante este evento las calles permanecen adornadas con faroles de colores y se realiza un concurso de iluminación entre los habitantes.
Ubicación: está a tres horas, aproximadamente, desde Manizales.
Qué comer: entre sus delicias se destacan: huevos al vapor, macanas, buñuelos rellenos de jamón y queso, panelitas de naranja agria, kumis con cucas, arequipe de arracacha, entre otras delicias.
Dónde dormir: las casas coloniales, cafeteras y coloridas del municipio son ideales para viajar en el tiempo y descansar. Hay muy buenas opciones para todos los presupuestos: el Hotel Colonial Salamina, la Casa de Lola García Boutique y la Casa Caracola, son algunas de las recomendaciones.
Santa Cruz de Lorica, Córdoba
Puerto regional sobre el Río Sinú y ubicada al norte del departamento de Córdoba cerca al mar Caribe, la Ciudad Antigua y Señorial, fue centro económico y cultural hasta mediados del siglo pasado. Debido a su ubicación geográfica y a la riqueza de sus tierras, a Lorica llegaban pasajeros y mercancías de varias poblaciones nacionales e internacionales.
La Catedral de Santa Cruz de Lorica es una muestra de las joyas por descubrir. Orgullosamente heredada, en esta construcción participó todo el pueblo entre rifas y donaciones de familias adineradas. El hermoso reloj fue donado por la comunidad siria y las campanas fueron importadas de Portugal. De la misma forma, las imágenes de bronce fueron traídas de Francia.
Tampoco se puede perder la belleza del Palacio Municipal, que fue construido por los presos del pueblo de finales del Siglo XIX, La Casa Cural y el Club de Lorica. Otro imperdible es el Edificio Afife Matuk, primer centro comercial, una muestra de la influencia sirio-libanesa con sus columnas y pisos decorativos de comienzos del siglo pasado. Y no podría faltar el Mercado Público, la edificación más vistosa de Lorica, situado a la orilla del Rio Sinú, allí podrá conseguir artesanías sinuanas y degustar de las delicias de la cocina local.
Además, la Ciénaga Grande de Lorica es un destino ecoturístico por excelencia y es el hogar de numerosas especies de aves, mamíferos, peces y reptiles.
Ubicación: Lorica está situada a 29 kilómetros de Coveñas y a 50 kilómetros de Tolú.
Qué comer: Santa Cruz de Lorica, es también conocida como “La Capital del Bocachico”, por la delicia y abundancia de uno de sus manjares.
Dónde dormir: la oferta no es muy amplia, sin embargo, hay muchas poblaciones cercanas con muy buenas opciones. En Lorica podría hospedarse en Onoma Hotel, en el Hotel Boutique Beteska o en el Hotel Hausen.