Barranco. Durante más de dos años tomé cada semana, con religiosa exactitud, un bus de ida (y otro de vuelta) de la ruta a Huaraz. Mis labores en el proyecto Vive Conchucos me exigían vivir un tiempo a ras del mar y otro sobre las montañas de la Cordillera Blanca. Fueron meses muy lindos, de mucho sacrifico y constancia. Imperecederos.
¿A qué viene este introito? Fácil, todas las semanas de mis estancia ancashina viajé en el servicio que ofrece Móvil Tours, una empresa regional que ha hecho del buen trato a sus clientes una obsesión. Y me fue bien, nunca un percance, jamás una situación desagradable. Felicito a todo el staff de la organización por sus 27 años de ininterrumpidas labores; en especial a Abner Matos, un amigo siempre cerca para apoyar mis ilusiones Mañana celebraré con él los buenos tiempos de su engreída.