Mi opinión
Que el ejemplo cunda y que las campañas de reforestación se multipliquen por todas partes y se conviertan en una contagiosa costumbre. Ese es mi deseo de fin de año y estoy seguro que el de ustedes también. A las iniciativas reforestadoras de ECOAN en la Cordillera de Vilcanota y de los muchachones de la recientemente creada plataforma Valle Sagrado Verde que hemos reportado por aquí, me alegra sumar la que acaban de poner en práctica los amigos del gobierno regional del Cusco a través de la gerencia de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente que capitanea la bióloga María Ysabel Cazorla y la participación de veintinueve comunidades campesinas de las zonas altas de las provincias de Acomayo, Canas y Espinar.
De acuerdo a las declaraciones dadas por el gobernador del Cusco Jean Paul Benavente los cusqueños buscan plantar treinta y tres millones de árboles en toda la región. Maravilloso, tenemos que lograrlo. Se trata de una campaña que involucra a los pobladores de las tres provincias mencionadas que agrupados en cuadrillas han empezado a sembrar plantones de queuñas, qolles, chachacomos, molles, pinos y capulíes.
Que las lluvias de esta temporada fructifiquen las tierras de las laderas reforestadas y que los participantes, ellos y sus familias, se esmeren en cuidar a las criaturas que colocaron en sus campos para que soporten las adversidades y la casa de todos reverdezca para siempre. Buen año para todos, que la el próximo nos encuentre con una pala en la mano, un arbolito a buen recaudo y todas las ganas de sembrar de vida nuestro planeta, el único que tenemos para soportar el invierno que se nos viene.
- Redención forestal: un millón de árboles para reverdecer Acomayo, Canas y Espinar